No hay diagnóstico temprano y se requiere un registro nacional
Lunes 13 de abril de 2015, p. 36
A causa de la obesidad los niños empiezan a expulsar proteínas en la orina. Es el primer síntoma del daño renal que, de no atenderse en las primeras etapas, evoluciona a insuficiencia renal crónica. Esta es una condición que empezó a observarse en los hospitales desde hace cinco y 10 años y será cada vez más frecuente debido a que en México, 35 por ciento de la población de cinco a 11 años de edad tiene exceso de peso corporal.
Veinte por ciento de estos individuos tienen sobrepeso y 15 por ciento son obesos. Entre todas las consecuencias negativas para la salud que se originan por esta condición física, está la falla renal, la cual es una de las principales complicaciones en los adultos con diabetes y/o hipertensión arterial.
En los niños, un tercio de los casos de insuficiencia renal crónica se debe a malformaciones congénitas en el sistema urinario y hay algunos otros que se presentan en pacientes hospitalizados graves, como Javier, de 12 años de edad, quien llegó al Hospital Infantil de México Federico Gómez (HIMFG), hace un año, a causa de una enfermedad cardiaca.
Ese problema en el corazón ocasionó que el riñón no recibiera el suficiente flujo sanguíneo, por lo que Javier desarrolló insuficiencia renal. En el nosocomio de alta especialidad, los médicos le realizaron dos cirugías: una para corregir el problema cardiaco y otra de trasplante de riñón.
Ana Catalina Alvarez Elías, investigadora en el Laboratorio de Investigación de Nefrología y Metabolismo Mineral Oseo, explicó en entrevista que en el HIMFG pacientes como Javier son frecuentes ahora, luego de que hace algunas décadas la enfermedad de los riñones se presentaba como complicación de la deshidratación.
Eso cambió con el programa nacional para abatir la enfermedad diarreica en la población infantil y la distribución de Vida suero oral. La obesidad es el nuevo reto, advirtió Álvarez Elías.
La especialista resaltó la necesidad de que en el país exista un registro nacional de casos de insuficiencia renal en la infancia. Estimaciones extraoficiales y con base en indicadores internacionales señalan que de 3 a 5 por ciento de los niños tienen el padecimiento.
Sin embargo, no existe el diagnóstico temprano de la falla renal y cuando se debe a malformaciones congénitas o una historia previa de infecciones urinarias recurrentes, los afectados llegan a unidades como el HIMFG, con una historia de varios meses en que presentaron alteraciones en la cantidad de orina. Cuando ya hay insuficiencia renal, los niños dejan de orinar.
Entre los síntomas de los niños afectados señaló que no crecen, están pálidos (por anemia), cansados, no comen y tienen ascos.