Shanghai.

El británico Lewis Hamilton volvió a poner a Mercedes en la cima de la Fórmula Uno, pero la victoria en China quizá tenga un costo elevado, otro enfrentamiento con su compañero de escudería, el alemán Nico Rosberg.

El campeón mundial se aseguró de que no se volviera a repetir la sorpresa de hace dos semanas, cuando Ferrari ganó el GP de Malasia, conservando sus neumáticos para resistir el empuje del equipo italiano de Sebastian Vettel, y ganó por cuarta vez el Gran Premio de China, victoria número 35 de su carrera.

La carrera finalizó detrás del coche de seguridad después de que el Toro Rosso de Max Verstappen sufrió un fallo de motor en la recta final, a dos vueltas de que los líderes cruzaran la bandera de cuadros.

Los monoplaza de Williams pilotados por el brasileño Felipe Massa y el finlandés Valtteri Bottas fueron quinto y sexto, respectivamente, seguidos del Lotus del francés Romain Grosjean, el Sauber del brasileño Felipe Nasr, el Red Bull del australiano Daniel Ricciardo y el otro Sauber, manejado por el sueco Marcus Ericsson.

El mexicano de Force India Sergio Pérez fue undécimo, seguido del bicampeón del mundo español Fernando Alonso, que completó su primera carrera de la temporada con McLaren.

Sin embargo, la competencia pasó a segundo plano con la guerra de declaraciones que Hamilton y Rosberg sostuvieron en conferencia de prensa.

Rosberg reprochó a Hamilton no haber jugado en equipo durante la carrera al descender el ritmo y provocar que Vettel (Ferrari) se acercara peligrosamente a la segunda posición del piloto germano de Mercedes, aunque finalmente terminó en la tercera plaza.

La estrategia de Hamilton para mantener sus llantas en buen estado sirvió para que al finalizar la segunda parada en pits tuviera una considerable ventaja sobre el alemán, pero Rosberg dijo que el ritmo mesurado que adoptó su compañero permitió al auto de Ferrari mantenerse cerca de él, lo que provocó desgaste en sus propios neumáticos hacia el final de la carrera.

No es mi obligación cuidar la carrera de Nico. Mi trabajo es manejar el auto y llevarlo a la meta en el mejor estado y con la mayor velocidad posible, y eso es lo que hice, dijo Hamilton.

Sólo me concentré en mí mismo. Si Nico hubiera querido pasarme podía haberlo intentado pero no lo hizo, añadió.

Encuentro interesante escuchar eso, Lewis, que solo pensaras en ti; eso obviamente complicó mi carrera, declaró, visiblemente irritado, el piloto alemán.

En una rueda de prensa posterior, el jefe de la escudería campeona del mundo, Toto Wolff, mencionó que la rivalidad entre ellos no es nueva y seguirá siendo intensa, por lo que hizo un llamamiento a sus pilotos a no poner en peligro el resultado.

Niki Lauda, presidente no ejecutivo de la escudería, fue menos diplomático: Estos chicos son unos egocéntricos. Lewis (sigue líder con 68 puntos en la clasificación) fue mejor durante todo el fin de semana y no hay nada más que añadir.