El acoso escolar es un comportamiento aprendido vinculado al patrón de crianza y a la influencia social con la que se desarrollan niños y adolescentes, afirmaron especialistas en la materia. Agregaron que actualmente se vive una crisis de valores que fomenta no sólo comportamientos negativos, sino hacer de la violencia algo divertido.

En entrevista con La Jornada, José Gómez Herrera, investigador de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México, especialista en sicología social, y Eloísa Hernández Reyes, sicóloga y experta en acoso escolar, destacaron que este fenómeno es resultado de varios factores, entre ellos los entornos sociales y familiares violentos, la pérdida de principios éticos en la convivencia con los demás y la exaltación de comportamientos agresivos como algo tolerado por la sociedad.

Afirmaron que en sus investigaciones de campo detectaron que el acoso escolar ya no sólo se practica entre pares, sino de forma vertical, ya sea de forma ascendente o descendente, en el que pueden participar alumnos, docentes, personal administrativo y padres de familia. Detallaron que hay niños pequeños que molestan a estudiantes más grandes, alumnos que acosan a su profesor y maestros que se coluden con sus estudiantes para agredir a otro docente.

Alertaron que no todas las agresiones que ocurren en la escuela deben considerarse acoso escolar o bullying, pues debe presentar una conducta reitereda con desequilibrio de poder, y en la que exista la intención de agredir, lastimar o ridiculizar a otro, conducta con la que además se disfruta.

Los especialistas, quienes en breve presentarán dos obras sobre agresión y acoso en las escuelas, destacaron que en los centros escolares se están presentando distintas variaciones. Ya no sólo se presenta entre iguales, y no siempre corresponde a poderes reales dentro de la escuela. Puede haber un grupo de alumnas que se ponen de acuerdo para reportar a un maestro diciendo que las ve de forma libidinosa o de alumnos que acusan a un docente de agresión física.

Agregaron que actualmente vivimos una crisis de valores o antivalores, por lo que es necesario recuperar el respeto, la cordialidad y la tolerancia como principios en la casa y en el aula.

Es necesario, dijeron, recuperar la promoción de valores positivos como la cordialidad, ya que todo comportamiento humano es aprendido, porque desde el nacimiento estamos sujetos a la influencia de los patrones de crianza, es decir, de la forma como nos educan nuestros padres y del entorno social que nos rodea.