Domingo 12 de abril de 2015, p. a16
Los zapotecas del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, son una cultura ancestral de las que mejor preservan sus tradiciones; un logro en el que ha sido fundamental el relato, transmitido de forma oral, como en el cuento que se dice a los niños, o mediante el canto y la danza.
En busca del pez águila, publicado en edición trilingüe (zapoteco, inglés y español), es una de esas múltiples historias que se cuentan, cantan y bailan en la región sur de Oaxaca, que dan orgullo a su gente, que explican por qué los zapotecas son como son y que, en palabras de Vladimir Jiménez, quien tras escuchar el relato decidió escribirlo y publicarlo, también ayudan a entender un poquito de la humanidad
.
Así como las mujeres de Tehuantepec usan en la actualidad sus enaguas y el huipil todos los días, y sus elegantes y floridos vestidos de terciopelo bordado para las fiestas, el relato del pez águila o Benda Bisiá se mantiene vivo. Es un son que se baila en las fiestas del pueblo y es especialmente llamativo porque en él se usan redes de pescar que se van lanzando a los bailarines, quienes se retiran de la pista cuando son atrapados. Al final sólo queda uno con un pez de madera en la cabeza.
Parte de los valores ensalzados por el relato del pez águila son la unión de los integrantes de una comunidad ante un objetivo común, la persistencia y la lucha de un pueblo unido hasta vencer al enemigo, el reforzamiento de la memoria colectiva, el sentido de respeto y homenaje permanente a un ser superior al que se ha hecho frente con éxito. Aquello que hace fuerte al alma zapoteca
. Sin embargo, el cuento duele, es casi incomprensible por la insensibilidad de los participantes a atacar a un ser inocente y que dicho acto, mítico o real, sea ensalzado por generaciones. La crítica no es al libro, con ilustraciones coloridas y un cuidado de la edición ejemplar, sino a la barbarie y crueldad de la que somos capaces los humanos.
El texto de Jiménez va más allá del relato que escogió, reivindica la oralidad, el gesto de sabiduría subyacente al acto de escuchar a un adulto mayor, a esas cabecitas blancas con más experiencias que arrugas. Tienta a los pequeños a platicar con los viejos sin interrumpir –acto que describe como más placentero que estar recostado en una hamaca a la sombra del sol– en un camino de escuchas que podría llevar a cualquiera a convertirse en un hombre sabio y, quizá, en algún lugar exista un niño que quiera serlo.
Título: En busca del pez águila/
Son Benda Bisiá/
Hunting the Eagle Fish/
edición trilingüe
Autor: Vladimir Jiménez
Ilustraciones: Citlalin Arcos
Traducción: Adam Critchley
Editorial: Resistencia
Páginas: 47