Radio Zapote 14 años
de independencia al aire
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Gloria Muñoz Ramírez
En un contexto de autoritarismo de Estado contra las voces críticas dentro de las empresas de medios de comunicación, el trabajo de los medios independientes, libres y alternativos cobra mayor importancia. No son nuevas en México las experiencias comunicativas que se abren paso con todo en contra. La persecución contra ellas va desde el cierre definitivo de sus espacios al encarcelamiento y hasta el asesinato de quienes se atreven a desafiar las políticas institucionales.
En los años posteriores al levantamiento zapatista, empezaron a surgir diversos espacios destinados a las voces e historias de abajo que no contemplan los grandes medios de comunicación, pues son contrarias a sus intereses. Este es el caso de Radio Zapote, una radio comunitaria y libre que cumplió 14 años ininterrumpidos de trabajo comunicativo. El equipo está conformado por hombres y mujeres, jóvenes en su mayoría, que ante el clima de persecución constante se identifican con pseudónimos.
Radio Zapote nace y crece al interior de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), ubicada al sur de la ciudad de México. “Es una mezcla de circunstancias. Somos un poco radio comunitaria porque estamos dentro de una comunidad académica y estudiantil. No es la radio oficial de la Universidad, pero sí la radio de la comunidad universitaria. También nos consideramos una radio libre porque nos identificamos mucho con la historia de estos medios en México, Sudamérica y Europa. No nos sentimos como un medio alternativo porque este concepto tuvo mucho sentido en los años noventas, pero ahora se relaciona con otro tipo de mercado”, dice uno de sus fundadores.
Don Abel. Foto: Jerónimo Palomares |
La Marcha del Color de la Tierra, convocada en febrero de 2001 por el EZLN y el Congreso Nacional Indígena (CNI), es el marco en el que nace Radio Zapote. La ENAH fue la casa de los zapatistas en su estancia en la ciudad de México y esto provocó un debate al interior “sobre si los medios comerciales serían capaces de transmitir lo que los pueblos querían. De ahí surgió la idea de crear una radio que fuera el espacio de las luchas de estos pueblos”.
Radio Zapote no sólo nace por iniciativa de los estudiantes, es también creada por espacios “que tradicionalmente han estado interesados en temas de la libertad de expresión, como Radio Educación”, y otros colectivos involucrados en su crecimiento.
Zapote es el nombre de la calle en la que se ubica la ENAH, y la radio empieza a transmitir en dos frecuencias, en 94.1 y 102.1, que se mantienen la primera semana al aire. Después vinieron las intimidaciones de la Secretaría de Gobernación, “al grado de ponernos una camioneta que tapara nuestra señal”.
Aquí lo importante fue “irrumpir en dos señales radiofónicas y reivindicar que existen frecuencias en AM, que no están siendo utilizadas por nadie y por lo tanto son libres”. El 11 de marzo de 2001, día que entró la Marcha del Color de la Tierra al zócalo capitalino, Radio Zapote transmitió por primera vez con enlaces vía telefónica. “Empezamos a transmitir en el FM, pero también establecimos una señal por internet usando el servidor de la UNAM, en un tiempo en el que casi no había señales transmitiéndose por internet”.
Se fueron los zapatistas a sus comunidades en Chiapas, al igual que el resto de los pueblos del CNI, pero la radio se quedó, como tantas otras semillas que sembró la Marcha del Color de la Tierra a su paso. Se propusieron primero conseguir permisos. “Nos preguntábamos cómo le haríamos para transmitir de manera legal. Esta etapa terminó cuando nos dimos cuenta de que no íbamos a obtener un permiso, y la universidad nos decía de manera muy clara que no había espacios en la frecuencia para nuevas transmisiones”.
Con La Otra Campaña y la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, Radio Zapote decide participar “y empieza a construir autonomía, trabajando con otros medios a sabiendas de que no habría el permiso para transmitir”. Poco a poco llega el reconocimiento de la gente hacia el trabajo de los medios libres y comunitarios, y éstos continúan con el reto de informar desde y con los pueblos.
El caso Aristegui
La entrevista colectiva se realiza en los días en que el programa radiofónico de Carmen Aristegui es sacado del aire por la empresa MVS. Sin tener aún un consenso sobre el tema, los integrantes de Radio Zapote reprueban la censura y condenan el autoritarismo, y van más allá. Cuestionan que las luchas de los pueblos, el despojo, la represión, no cuenten con la cobertura que tiene el conflicto laboral de la conductora. Hablan de los asesinatos de comunicadoras comunitarias que no han sido visibles para nadie, de las radios indígenas que han sido cerradas por la fuerza pública. Aristegui, dice una de las participantes, “es una periodista de un medio comercial que ha logrado tener una postura independiente, pero está en los grandes medios”. Lo que no puede ser, insiste, “es que le pase algo a una periodista de este nivel público y se haga un escándalo, y por otro lado asesinen a un periodista comunitario o de medios más pequeños, y no pase nada”.
La “separación” de los periodistas de los medios comerciales y de los libres o comunitarios, se provoca, en opinión de otra de las integrantes de Radio Zapote, “porque hay una discriminación de ellos hacia los medios libres. La separación la hacen ellos, que no nos consideran parte de su gremio. Y nosotros no nos sentimos parte de ese gremio, porque reivindicamos que cualquier ciudadano tiene derecho a ejercer la comunicación y la información sin tener que ser profesional”. De eso se trata, coinciden.
“Lo que nos diferencia a los periodistas de medios comerciales de los comunicadores de medios libres es el fin de lucro de los primeros. Que la organización Artículo 19 nos proteja a todos por igual me parece correcto, pero es claro que no hacemos lo mismo ni tenemos los mismos fines. Cuando golpearon a un periodista de Sin Embargo, nos dijeron que teníamos que tener solidaridad gremial, y nosotros contestamos que sí, pero sólo solidaridad, porque la vida de un estudiante para nosotros es igual que la de un periodista”.
La falta de respeto de algunos medios hacia todo lo que se sale de sus esquemas, tiene otra arista en el momento en que retoman materiales producidos por espacios independientes sin ningún tipo de crédito ni reconocimiento, señalan los entrevistados.
Radio Zapote, como el resto de medios autónomos que se abren paso por su propia cuenta, enfrenta, al arrancar su decimoquinto año de vida, una serie de retos: recursos para subsistir, trabajar con las luchas que se libran en el México profundo, defender el espacio y el derecho a la información, entre muchos otros. Nada fácil, pero tampoco imposible. Catorce años de trabajo lo demuestran