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Se inicia temporada de la adaptación de Carlos Corona, basada en una obra de Hugo Hiriart

La idiosincrasia del mexicano que retrató Posada llega a Ciudad Universitaria
 
Periódico La Jornada
Sábado 11 de abril de 2015, p. 5

La finalidad de El Carro de Comedias, proyecto de la Dirección de Teatro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es producir versiones escénicas contemporáneas aptas para todo el público.

Ahora, con Posada es el nombre del juego lleva a escena la personalidad festiva y el folclor de los mexicanos retratados por el grabador José Guadalupe Posada.

El montaje, que inicia temporada este sábado en la explanada del Centro Cultural del Bosque, es una adaptación y dirección de Carlos Corona, de la obra El nombre del juego es Posada, del dramaturgo Hugo Hiriart.

A bordo del Gran Tren del Progreso Nacional, que va del presente al futuro, una sonriente Catrina presenta a cada uno de los personajes y guía al espectador por la historia de amor de dos parejas.

Los personajes extraídos de los grabados de Posada, llamativos y coloridos, de finales del siglo XIX y principios del XX, son don Joaquín de la Cantolla y Rico, quien vuela los globos bautizados con su apellido, su amada Ignacia, quien ha sido hipnotizada por Efrén Aguirre Malpica.

En esta aventura romántica también figuran los eternos enamorados Facundo Ortigosa y Ortigosa y Pachita, quienes son novios desde hace 50 años, pero lo mantienen en secreto porque el padre de ella es celoso.

“El cuento entrelaza cuatro historias que ocurren en un tren y son narradas por La Catrina. Llevamos a escena la estética de Posada, por eso los actores trabajan con máscaras que son fácilmente reconocibles, diseñadas por Alberto Lomnitz a partir de los grabados de Posada”, explica Corona.

En esta comedia de enredos y amor también participa Ramoncito Ochentera, el galán, el rey del gallinero, que busca una víctima para que sea su novia número 100. Es hijo de Pascuala Benavides y Goyo Ochentera, a quienes chantajea y maltrata.

Cuatro historias de amor

Posada es el nombre del juego representa con gran sentido del humor al pueblo mexicano desde los enamorados hasta el hipnotizador que logra que la joven Ignacia se comporte como un perro, pasando por Godofredito, joven valiente que lucha contra un cocodrilo, hasta llegar a los padres de Ramoncito, que causaron daño a su hijo por darle todo sin poner límites.

Para Carlos Corona, el grabador combinó lo que percibió de la Revolución Mexicana y el porfiriato. “Posada fue el fundador de la estética de México; si se ve su gallo, La Catrina o la calaca zapatista, pues es México. Hay mucho de la idiosincrasia del mexicano en su obra.

“Posada mezcla con maestría. Era un grabador muy riguroso con una complejidad en sus trazos y al mismo tiempo está presente lo popular. Cuando se da esta mezcla con el rigor técnico logra un trabajo virtuoso, arraigado en lo mexicano. Hiriart y yo somos fans de Posada porque refleja de manera íntima a los mexicanos.”

Al grito de ¡Ya se va el tren! los actores inician el viaje donde cuatro historias de amor se entrelazan y enfrentan obstáculos, al tiempo que se recuerda la época del genial grabador mexicano.

Posada es el nombre del juego, montaje inspirado en la obra de Hugo Hiriart, con adaptación y dirección de Carlos Corona, se presenta a partir de hoy, los sábados y domingos a las 11 horas en la explanada del Centro Cultural Universitario (avenida Insurgentes Sur 3000).