Economía
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No aumentó la inflación porque existe un tipo de cambio flexible, afirma Carstens

Histórico, que la devaluación no haya incrementado los precios

El peso tiene espacio para recuperar su valor frente al dólar y con eso disminuirá la presión inflacionaria, dice

El actual nivel de 2.97 por ciento es el más bajo desde 1994, indica

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Agustín Carstens y Jaime González Aguadé, durante la comparecencia de ayer ante diputadosFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Jueves 9 de abril de 2015, p. 19

De hecho histórico calificó este miércoles Agustín Carstens Carstens, gobernador del Banco de México (BdeM), que la reciente depreciación en el valor del peso frente al dólar –que llegó a ser de 20 por ciento en el primer bimestre del año– no haya provocado mayor inflación.

La credibilidad que tiene el Banco de México ha logrado que la depreciación cambiaria no se haya traspasado a precios. Eso es un logro histórico importante, ha sido la combinación de cumplir el mandato y la autonomía del banco central con, precisamente, el hecho de que hay un tipo de cambio flexible, aseguró Carstens en el curso de una comparecencia ante integrantes de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.

Al comenzar marzo el tipo de cambio llegó a 15.60 pesos por dólar, con lo que acumuló, en ese nivel, una devaluación de 20 por ciento desde el inicio del actual gobierno, en diciembre de 2012. La pérdida de valor de la moneda fue causada por la caída en el precio internacional del petróleo, una de las principales fuentes de divisas del país, y la expectativa de un incremento en las tasas de interés en Estados Unidos este año, que aumentaría el atractivo de las inversiones en dólares. Desde el nivel alcanzado entonces, el peso ha recuperado valor, hasta situarse este miércoles en torno a 14.90 unidades por dólar.

Aunque la inflación general disminuyó en la primera quincena de marzo a 2.97 por ciento anual, algunos productos de consumo generalizado han mostrado incrementos de varias veces ese nivel, como el huevo, que subió 12.7 por ciento en el último año; el bistec de res, 23 por ciento, y el jitomate y tomate verde, con alzas anuales de 57 y 66 por ciento, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. En cambio, productos como la cebolla o el chile serrano han disminuido 45 y 21 por ciento en cada caso.

Después de la comparecencia, en la que estuvo acompañado por Jaime González Aguadé, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el gobernador del banco central dijo en una conferencia de prensa que la depreciación del peso ya se ha dado e incluso, comentó, existe espacio para una recuperación en el valor de cambio de la moneda mexicana.

La depreciación ya se ha dado y ha sido suficiente; puede haber espacio para una corrección en ese tipo de cambio, comentó Carstens. Es muy complejo establecer una expectativa sobre el tipo de cambio. En 2008, durante la crisis, la cotización llegó a 15 pesos, luego bajó a 12; este año subió a 15 y ahora anda en 14.90. La historia dice que puede haber cierta volatilidad, el entorno complejo sigue, pero hemos reforzado la política macroeconómica y eso debería ayudar a que a mediano y largo plazos el tipo de cambio esté mejor comportado, apuntó el gobernador del banco central.

El peso tiene espacio para apreciarse (recuperar valor de cambio frente al dólar) y eso mismo bajaría la presión sobre la inflación, dijo Carstens, quien compareció ante los diputados para exponer los avances de la instrumentación de la reforma financiera en torno a la reducción de los costos a los usuarios que utilizan medios de pago electrónicos.

Interrogado por legisladores respecto de la forma en que las políticas del banco central apoyan el mercado interno y el poder adquisitivo de los salarios, Carstens sostuvo que la reducción de la inflación a 2.97, que es el último dato disponible, ha contribuido a mejorar el poder de compra y a reducir las tasas de interés que cobran los bancos a los deudores, así como también las que pagan a los ahorradores.

El mandato del banco central de mantener una inflación baja y estable no es independiente del crecimiento, es una condición necesaria aunque no suficiente para tener un mayor crecimiento. La productividad se tiene que aumentar a través de los factores que realmente inciden sobre la capacidad de crecimiento real de la economía, y para eso se han hecho todas las demás reformas cuya implementación es muy importante, sostuvo.

Aumentar el poder adquisitivo de los salarios obviamente se puede hacer aumentando los propios salarios, pero también manteniendo una inflación baja, y ese es el objetivo del banco central. Ahorita tenemos una inflación de 2.97, que es la segunda más baja desde que el banco central es autonómo, en 1994, añadió.