La música no la conceptualizo mucho, sino que hago las cosas por instinto; realizo lo que me interesa, que son varios estilos y, como parte de ello, la electrónica, por lo que dentro de ésta me atrajo el mundo de Murcof, expresó en entrevista Erik Truffaz, trompetista francés fundador del Erik Truffaz Quartet, quien será parte del programa del Festival ArsFutura, que se efectuará el 11 de abril en el teatro Ángela Peralta.

Truffaz ha grabado numerosas producciones con el reconocido sello de jazz Blue Note; ha colaborado con Anouar Brahem, Michael Brecker y Talvin Singh. Se ha presentado en festivales como el de Montreal, en Canadá, y el de Montreaux, en Suiza.

En el ArsFutura presentará un trabajo con Murcof titulado Being Human Being.

Murcof (Fernando Corona) es un músico del género electrónico que nació en Canadá y creció en Tijuana, Baja California. Fue miembro del Colectivo Nortec y fundó la disquera Static Discos. Una de sus facetas más importantes es como productor de remixes, que incluye obras de Kronos Quartet y Miles Davis.

Un sonido que se acerca al de la flauta

Truffaz agregó que eligió tocar la trompeta cuando era niño, a los 7 años. Opté por los alientos porque mi papá tocaba en una banda. Primero toqué la tuba, pero luego seguí con la trompeta, porque con ella podía tocar más fuerte y más agudo que todos.

Añadió que ha desarrollado con su oído un sonido que se acerca al de la flauta, más que al de la trompeta. Es más dulce el sonido; no toco como mariachi; es decir, es un sonido más redondo, con más aire, por lo que la pregunta sobre el ego al tocar no se plantea. La relación de la música y el ego es sumamente importante, porque no es fundamental lo que uno es, sino lo que se comparte. Es muy trascendente abstraerse del ego para componer, para ponerse al servicio de la música. Yo no soy como un cantante, a quien lo acompañan los músicos. Yo colaboro y estoy al servicio de la música.

–¿Cuál es el mejor jazz para usted?

–El mejor jazz es el que va a tocar profundamente al ser humano, por lo cual es múltiple, tan múltiple como puede haber seres humanos. Lo importante es que llegue a tocar a las personas.

–Un jazzista estudia y practica mucho, y su nivel puede ser excelso, pero no gana como una estrella de rock.

–No pienso en ese contraste, sino en el contraste de la gente que vive todo el día en una oficina, mientras la vida está afuera. Me considero un suertudo al poder crear, hacer música, alrededor del mundo y vivir bien.

–¿Qué es la felicidad y qué aporta a ella la música?

–La felicidad es estar de acuerdo conmigo mismo; es estar en sintonía conmigo y tener una vida interesante sin hacer daño a nadie. Ser benevolente con los demás.

La felicidad también es, para mí, vivir de lo que me apasiona, tener un oficio. Como músico, mi oficio es dar emoción a las personas. La música me permite estar en contacto con las más profundas emociones y sentimientos. Cuando puedo compartir esto con los demás es la pura felicidad.

Comentó que por su trabajo es natural el contacto con muchos músicos con varios tipos de formación, como jazzistas y roqueros. Lo que más me interesa es el momento en que estoy trabajando con esas personas.

El mundo se hizo más chiquito con Internet

Sobre si hay hegemonía de un tipo de jazz, de acuerdo con la geografía, contestó: Desde que hay Internet el aspecto geográfico ya no existe, porque se puede hallar un pianista excelente en Quito, o un bajista en México. El mundo se hizo más chiquito con Internet. Hay músicos de 20 años muy preparados. El nivel ha aumentado.

–¿La música calma a las bestias? Esta frase aplicada a un contexto como el de México, con violencia, ¿qué le hace pensar?

–Lo más importante con la música es que se puede mejorar el mundo por un instante. A pesar de que no creo en ninguna religión, la música conecta a las personas con un mundo espiritual, con energías positivas. En ese sentido, sí, la música puede calmar a las bestias.

Festival ArsFutura, en el Teatro Ángela Peralta, 11 de abril, a partir de las 16 horas. Boletos en Ticketmaster, al 5325-9000.