La novena edición del Gran Remate de Libros en el Auditorio Nacional no es una fiesta pobre, sino la oportunidad de tener al alcance la riqueza de los libros. Los que aquí se encuentran no son los desechados o inútiles, sino los que pasaron de manera veloz por las librerías. Es una feria editorial llena de curiosidades y sabores, dijo Eduardo Vázquez Martín, titular de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, ayer, al inaugurar la feria librera que en sus primeras horas registró tumultos y largas filas.

Muchos jóvenes llenaron sus mochilas con las ofertas: La náusea, de Sartre, y El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, a 10 pesos cada uno; obras de Óscar Wilde, Horacio Quiroga y Ernest Hemingway, los tres por 50 pesos, y antologías de Xavier Villaurrutia y William Blake a 5 pesos.

Entre libros de texto que ya no se encuentran en librerías se ofrecen lecturas imprescindibles, como los Cuentos inolvidables según Julio Cortázar y mucha poesía. Libros que comparten el estar a punto de ser enviados a la trituradora, luego de permanecer meses embodegados, debido a políticas fiscales o por problemas de planeación de las propias políticas públicas, como mencionó el funcionario capitalino en la apertura del remate.

En casi una década esta iniciativa, cuyo objetivo es salvar las ediciones descontinuadas que ya no tienen cabida en las librerías y que por ley no se pueden regalar, ha crecido en cuanto a espacio y número de visitantes. En la novena edición, que concluye el 7 de abril, participarán 202 expositores de más de 350 sellos editoriales, en un espacio de más de 2 mil 500 metros cuadrados. De 2008 a 2014 este encuentro con los libros ha logrado convocar a más de 750 mil lectores.

Muchos de los asistentes son ya experimentados cazadores de libros. Se puede ver a una señora que acude con una maleta para llenarla con sus compras, otras mujeres vienen con sus niños pequeños que cargan también con sus mochilas vacías para iniciar la búsqueda de ofertas.

En el módulo de la editorial Planeta se lee “outlet, todo de 19 a 199 pesos”, y junto a los títulos de autoayuda, se puede encontrar una novela de Rosa Montero, el catálogo de los 100 monumentos más bellos del mundo o varias obras de Antonio Skármeta.

Siglo XXI es una de las editoriales que registran largas filas para pagar: muchos estudiantes universitarios de ciencias sociales se llevan las obras completas de Freud a 750 pesos o a Maquiavelo y Jacques Derrida a 50 pesos cada uno.

Las editoriales independientes también tienen mucha clientela, aunque algunos de los vendedores se quejan de que no les dan precios preferenciales para adquirir su módulo, como ocurre en la feria del libro del Zócalo. Como siempre, añaden, la mejor ubicación la tienen las editoriales grandes que pueden pagar por ese privilegio.

Pero hay público para todo, comenta el joven que atiende el módulo de la revista literaria Bastardos de la Uva, la cual es su primera vez en este remate y con sorpresa ve la gran cantidad de salvadores de libros a quienes les brillan los ojos cuando encuentran, a 10 pesos, una edición de Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos, junto al Kamasutra y de inmediato dicen: Me llevo los dos.

Lectura, música y narración oral

Además del remate de libros, se realizarán 150 actividades, entre lecturas en voz alta, charlas, impartición de talleres, música y narración oral, y se anunció que el 2 abril se celebrará el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil con la presencia de Lorena Amkie, la exitosa autora de las novela Gothic Doll y El club de los perdedores.

También habrá música con Armando Vega Gil, ex integrante de la banda Botellita de Jerez, quien dará muestra de la relación del rock y la poesía; y conciertos de jazz con Daniel Wong Trío, Pablo Hidalgo Wong, Paulina Fuentes Dragón y Calacas Jazz Band; Belafonte Sensacional presentará su fusión de rock y folk; además, estarán Sierra León, Polka Madre, Los músicos difuntos, Nicotyna y Teocalli Records, por mencionar algunos.

Desde Biblias ilustradas y catálogos de la obra de Diego Rivera a 100 pesos, hasta cuentos de Kirikú en 45 o ediciones atrasadas de la revista Playboy a 15, para todos gustos hay en esta feria democrática, donde nadie sale con las manos vacías, pues busca que las palabras nos sirvan para ser mejores y hacer un México menos triste y más valiente, concluyó el funcionario capitalino.