Los dichos del secretario, hecho gravísimo
: académicos y activistas
Domingo 29 de marzo de 2015, p. 3
Los señalamientos del canciller José Antonio Meade contra el relator especial de Naciones Unidas sobre tortura, Juan Méndez, son un hecho gravísimo
que cambia la postura del gobierno mexicano de someterse al escrutinio externo y sigue la tendencia de descalificar las críticas de organismos internacionales para ocultar la crisis de derechos humanos, subrayaron académicos y activistas.
Eduardo Rosales, especialista en relaciones exteriores y profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México, afirmó que cuando el gobierno recibe críticas leves, las acepta sin problemas, pero cuando vienen observaciones fuertes, las rechaza
aunque asista la razón a quien las formula.
En el caso de Méndez –a quien Meade calificó de irresponsable y poco ético
por decir que en México la tortura es generalizada, supuestamente basándose en datos no comprobados–, es claro que la Secretaría de Relaciones Exteriores se está lanzando contra el mensajero
, sin tomar en cuenta los datos que demuestran la certeza de la afirmación del relator.
Antes de hacer una crítica destructiva y aun desconocer a Juan Méndez, el gobierno debería hacer autocrítica. La cancillería ha perdido la capacidad de manejar crisis de esta naturaleza y no es con descalificaciones como se argumenta, sino con datos duros
, enfatizó.
Las autoridades mexicanas fueron muy descorteses y hasta groseras con el relator, cuando deberían estar conscientes de que él vino a hacer su labor con objetividad y no tendría ningún interés en denostar a México. Además, la tortura es sólo una arista de las violaciones de derechos humanos que ocurren en el país y eso ya se sabe en el extranjero. No se puede tapar el sol con un dedo
, añadió el especialista.
Stephanie Erin Brewer, coordinadora del área internacional del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, consideró que las declaraciones de Meade son gravísimas
, en primer lugar porque significan un cambio en la postura de México de aceptar el escrutinio de organizaciones internacionales.
Además, es aún más preocupante que trate de negarse la envergadura del problema de la tortura, en medio de la crisis de derechos humanos en el país, y se ataque al sistema de Naciones Unidas por haber recibido un diagnóstico negativo.
Es alarmante que vuelvan a rechazar los informes y recomendaciones, cuando lo que se necesita son acciones concretas para resolver el problema
, dijo.