Viernes 27 de marzo de 2015, p. 2
Entre las principales amenazas para el mar profundo en México se encuentran el desecho de basura industrial y urbana, la pesca profunda, la extracción de minerales, petróleo y gas. Por ello, para utilizar los recursos del mar profundo de manera sustentable, 28 expertos de 14 instituciones académicas de los cinco continentes han creado la Iniciativa de Gestión del Mar Profundo (DOSI, siglas en inglés de Deep Ocean Stewardship Initiative).
El mar profundo describe los ecosistemas de agua y de fondos marinos a profundidades mayores a 200 metros, los cuales se caracterizan por la ausencia de luz, mayor presión y baja temperatura conforme aumenta la profundidad, y en algunas regiones se presenta una reducción del oxígeno disuelto.
La especialista en ecología y biodiversidad acuática Elva Escobar Briones, directora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que después de 1994 las concesiones para explorar minerales en el fondo marino eran ocho; hoy día son 26 y siguen aumentado en áreas fuera de la jurisdicción nacional. Éste es un patrimonio común de la humanidad, y con la iniciativa de mar profundo DOSI se busca invitar al mayor número de interesados en los recursos y servicios del mar profundo, para establecer su gestión y conservación.
La experta explicó que a los organismos asociados a los fondos marinos se les conoce como bentos y tienen un papel relevante en los procesos primarios y los ciclos biogeoquímicos del mar; ejemplo de esto son los corales que capturan carbono y participan en la regulación del clima del planeta, y aunque los procesos que realiza el bentos son muy valiosos, no tienen precio económico y no son apreciados lo suficiente
, dijo.
El bentos es la fauna o flora asociada al sustrato marino, por ello sus características van asociadas a la obtención de alimento en el sedimento de los ambientes marinos. El material que conforma el sedimento marino tiene origen en el continente o en el océano, y puede ser de naturaleza inorgánica, como los minerales, u orgánica como son los restos y/o desechos de diferentes organismos.
Al igual que las especies que habitan los fondos marinos, las características de los sedimentos dependen de las condiciones ambientales del lugar donde el material sedimentado se originó, así como por donde pasa y del lugar en el que se deposita.
Cuando se habla de ecosistemas bentónicos, casi todos los hábitats pueden considerarse vulnerables, por ello las acciones y esfuerzos requeridos a futuro en la conservación de las comunidades bentónicas deben incluir estudios de ciencia básica, explicó la también integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.
La especialista en el bentos del Golfo de México considera que los hábitats bentónicos de esta región son poco conocidos y vulnerables ante diferentes actividades, ya sea de origen natural o antropogénico, que lo modifican o destruyen.