Presenta video sobre abusos contra mixtecos en Colima
Miércoles 25 de marzo de 2015, p. 11
Llegan a comunidades de campesinos a ofrecer trabajo en otros estados del país. Los engañan, les dicen que tendrán empleo y un lugar donde vivir, e incluso que pueden llevar a toda su familia, para trasladarlos a lugares alejados. Es la forma como operan los enganchadores
de jornaleros que pululan en las zonas agrícolas de México y que reproducen el esquema de esclavismo contra trabajadores del sector.
Los enganchadores
evitan a los dueños de los campos agrícolas toda responsabilidad laboral con los jornaleros. Son los intermediarios
que pagan a los campesinos por destajo
, por lo que recolecten o produzcan, y se arreglan
con los patrones.
Un video difundido por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) sobre el operativo de inspección en el que rescataron a 49 jornaleros mixtecos que vivían en condiciones de explotación en Colima, revela la forma en que operan los enganchadores
.
El video muestra que para los enganchadores
la ganancia es triple o cuádruple, porque ademas de que pagan a los jornaleros salarios de miseria –por ejemplo, tres pesos por recolectar un bote de pepinos, de 30 kilogramos–, les prestan dinero
para el traslado, les venden alimentos, hules y palos para que armen seudodormitorios a la intemperie.
El video muestra que los enganchadores
y el propietario del campo, Luis David González Virgen, no proporcionaban alimentos ni vivienda a los jornaleros y sus familias, y documenta las siguientes violaciones: trabajo infantil forzoso, acceso de niños sin ninguna restricción a sustancias químicas que ponen en grave riesgo la salud y condiciones insalubres, sin baños ni letrinas.
Además, se observa que las mismas personas que los engañaron y llevaron a esas condiciones miserables de trabajo les vendían productos básicos para que comieran y les pagaban a destajo. A pesar de trabajar de seis de la mañana a cuatro de la tarde, los jornaleros no alcanzaban el salario mínimo.
En ese campo se documentó la existencia de trabajo agrícola expuesto a sustancias peligrosas, como plaguicidas y pesticidas, sin equipo de protección; carencia de seguridad social y capacitación, y falta de control en el manejo de sustancias químicas para jornaleros y fumigadores.
La STPS detalló que los engachadores
cometen un lacerante y vergonzoso aprovechamiento de la necesidad de los que menos tienen, por lo que esas conductas fueron denunciadas ante el Ministerio Público.
Puntualizó que al acudir a los campamentos donde habitan los jornaleros y sus familias, se observaron condiciones alejadas de toda forma de dignidad humana, además de insalubridad e inseguridad y, sobre todo, riesgo inminente para la salud de los niños que convivían en condiciones antihigiénicas, en su entorno y en su persona, ante las bajas temperaturas del lugar y sin ningún tipo de protección
, mientras los productos que cosechan van íntegros al mercado de exportación.