Roma.

El club italiano Parma, sumido en una crisis y que este jueves enfrenta una audiencia de bancarrota, sufrió otro golpe con el arresto de su nuevo propietario y presidente, Giampietro Manenti, acusado de malversación de fondos y lavado de dinero, en acto fallido de estafa con tarjetas de crédito.

El dirigente está acusado de formar parte de la trama, en la que piratas informáticos empleaban tarjetas clonadas o robadas para acceder a cuentas bancarias y tratar de transferir unos 4.5 millones de euros (4.8 millones de dólares) que Manenti podría haber disfrazado como ingresos de patrocinios o compras de aparatos electrónicos, señaló el fiscal Michele Prestipino Giarritta.

El fraude quedó al descubierto antes de que se realizaran transferencias al Parma, indicó el fiscal. Un total de 22 personas fueron detenidas ayer en una redada, que afectó dos investigaciones separadas, pero relacionadas entre sí.

Manenti asumió la presidencia del club el mes pasado –el cual ha cambiado dos veces de dueño desde diciembre–, acordando pagar deudas acumuladas que se estiman en 5 millones de euros.

Los jugadores y el cuerpo técnico no han cobrado en cinco meses.

El Parma, sancionado con la reducción de tres puntos por no pagar a su futbolistas, es último en la tabla de la Serie A con nueve unidades, a 16 de la salvación.

El capitán del plantel, Alessandro Lucarelli, describió el arresto de Manenti como repugnante. Espero que tarde o temprano acabe todo esto, porque francamente ya no podemos más.

Se sospecha que Manenti, presidente del club desde principios de feberero, y la organización criminal habían acordado compartir la cantidad en cuestión, pero la transferencia no se llegó a completar por problemas técnicos.