Con muestras de Sergio Hernández festejan aniversario del centro
El pintor remplazó la tela por placas de metal y presenta 26 obras
La luminosidad obtenida, no la da ningún otro color
, asegura
Jueves 19 de marzo de 2015, p. 3
De la historia en torno al blanco de plomo, usado para pintar desde la época de los griegos, al artista oaxaqueño Sergio Hernández lo que le interesó fue precisamente el blanco como color para pintar, aunque está prohibido en la actualidad por su toxicidad
, al grado que dedicó los pasados dos años a trabajarlo.
Los resultados se podrán ver en Blanco de plomo, exposición de 26 cuadros de gran formato en la que el pintor remplazó la tela por placas del metal, que, junto con la muestra Obra gráfica, de 46 grabados realizados entre 2001 y 2014, con que se festejará el domingo 22 el noveno aniversario del Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), fundado por Francisco Toledo, en San Agustín Etla, Oaxaca.
Entrevistado, Hernández explica haber trabajado el blanco de plomo debido a toda la literatura que hay en torno al saturnismo. En el texto de sala, la crítica de arte Teresa del Conde escribe que los alquimistas relacionaban a Saturno y lo saturnino con el plomo, metal cuyos efectos suelen ser nocivos para el ser humano. Las consejas nos dicen que el plomo en la sangre destruye los glóbulos rojos y produce anemia; también, el manejo poco cuidadoso de esta sustancia puede provocar desórdenes anímicos
.
Las placas de plomo fueron trabajadas directamente con ácidos, vinagre, pigmentos minerales de malaquita, lapislázuli y turquesa, entre otros. El riesgo
, apunta Hernández, no estuvo en el plomo, sino en el azul cobalto. Me intoxiqué por los vapores de la esencia de trementina que apliqué con el azul cobalto y con los pequeños granos de sílica, que producen silicosis en los mineros. Un pulmón se me fregó un poquito por el polvo de los granos de sílica y me sentía cansado. Ya me recuperé después de un año
.
Hernández trabajó dicha técnica en el taller del reconocido restaurador Manuel Serrano. Entonces, no hubo ningún problema, porque él lo manejó profesionalmente. El blanco de plomo se trabaja con agua y vinagre, entonces, no es volátil. Te pones una máscara para no olerlo
. Las placas de plomo –la más grande mide 1.80 x 1.80– fueron montadas en bastidores como telas y las bañamos en vinagre para que saliera al blanco de plomo su viscosidad, su transparencia, y así hacer una serie de obras con temas de botánica
y la figura humana. La luminosidad obtenida, no la da ningún otro blanco
.
¿Cómo llegué a esta técnica?
, medita el artista, y contesta: Por medio del grabado, porque hay una técnica que se llama ácido directo, la cual consiste en aplicar el ácido y rebajarlo con agua. Al hacer tus dibujos con el ácido directo se vuelven formas más orgánicas, poco controlables, pero quedan unas calidades de grises muy bellas en el grabado en metal
.
En Obra gráfica el artista expone grabados a la manera de cuadernos que “me llevaron en un momento dado a hacer una pieza ya pictórica, pero con la misma técnica de impresión, en las placas de plomo con vinagre, con materiales de plantas y de telas, una especie de collage que imprimí con el vinagre en las placas negativos y positivos por la presión que ejerce un plomo contra otro”.
Después de su exhibición en CaSa, Blanco de plomo viajará a Londres para exponerse en el contexto del Año Dual México-Gran Bretaña. Continuará su itinerancia en Italia, para finalizarla en el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá, Colombia.