Ganar el premundial de la Concacaf en territorio hostil demostró que el plantel Sub-17 tiene carácter y un corazón gigante. “La gente de Honduras no quiere a México; nos aventaron botellas de agua, pizza, lo que tenían a la mano… Eso no nos afectó, al contrario, fue una motivación más”, reveló Pablo López al regreso del equipo juvenil que logró el pase al Mundial de la categoría Chile 2015.

Pablo, mediocampista surgido de las fuerzas básicas del Pachuca, no suelta el balón dorado que lo acredita como el mejor jugador del premundial, cuya final se disputó el domingo frente al equipo catracho, con todo el público en contra. Él, al igual que el americanista Ulises Torres, quien encajó cuatro goles en el torneo, todos en jugadas a balón parado, confesaron su sueño de ser campeones.

Pablo, de 17 años y originario de Querétaro, reconoció que al principio sí tuvo temor de alguna agresión física en el estadio francisco Morazán, de San Pedro Sula, pero conforme avanzó el partido nos olvidamos de eso y nos concentramos en jugar bien, en ganar.

Agregó que desde que comenzaron la justa se visualizaba en el Mundial de Chile. Vamos a prepararnos muy bien para ser campeones del mundo, estamos muy seguros de que podemos volver a ganarlo. En lo personal, me siento muy feliz por haber obtenido este balón.

Torres, jugador zurdo de puntería fina, manifestó que comparte el mérito de sus cuatro dianas con sus compañeros. Todos son muy buenos, el equipo juega bien, por algo estamos aquí; hay mucha unión, en cualquier problema siempre hay un compañero que te ayude, es una familia.

Habló también de un público que con abucheos y gritos quiso amedrentarlos. Supimos que iba a estar complicado por su público; sin embargo, hicimos lo nuestro, yo simplemente aproveché las oportunidades y gracias a Dios estuve certero. El técnico nos recomendaba disfrutar el partido, comentó.

En rueda de prensa realizada en un salón del aeropuerto capitalino, el plantel que dirige Mario Arteaga posó con sus medallas reluciendo en el pecho. No hay presión para emular lo logrado por Jesús Ramírez y Raúl Gutiérrez (campeones del mundo en 2005 y 2011); ellos ya hicieron lo suyo y demostraron que la puerta está abierta y que con trabajo se pueden lograr las cosas, declaró el técnico.

El ex jugador de Chivas y Pumas manifestó que una vez logrado el boleto al Mundial, el objetivo es quedar entre los cuatro primeros lugares, como ocurre con todos los representativos que se enrolan en algún certamen. El equipo está muy comprometido, tiene mucha hambre de escribir su propia historia, señaló Arteaga.

El 5 de agosto será el sorteo en Santiago de Chile y la comisión de selecciones buscará pactar partidos amistosos con equipos que tengan un perfil similar a los rivales que le toquen a México, abundó el timonel, quien dijo que el propósito era clasificar, e inclusive, por la rudeza del entorno, resumió: “En el premundial la meta era el boleto –éramos 12 equipos–, en el Mundial ya se juega futbol… Falta mucho por trabajar, pero hay tiempo suficiente para ello”, concluyó.