Acuerdo nacional vigente desde 2009 permite convenios y construir hospitales: Ssa
Antes debe existir el andamiaje administrativo, de infraestructura y recursos humanos, asegura subsecretario de Integración y Desarrollo
La universalidad se construye en distintos frentes
Lunes 16 de marzo de 2015, p. 33
Transformación es la nueva meta que impulsa la Secretaría de Salud (Ssa) luego de la frustrada reforma integral (constitucional y legal) para lograr el sistema universal de salud. No sirven los cambios al marco jurídico ni presupuestal si antes no existe el andamiaje administrativo, de infraestructura y recursos humanos que garantice la prestación de servicios, afirmó Eduardo González Pier, subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud.
Con esta visión, la dependencia también le da la vuelta a la estrategia que se siguió para la creación del Seguro Popular en 2003, donde primero se modificó la ley, se afilió a las personas y luego se construyeron clínicas y hospitales.
El funcionario advirtió que se requiere la suma de voluntades que permita con paciencia
unir esfuerzos y construir en el mediano y largo plazos, un nuevo esquema para la atención de los pacientes. La universalidad se construye en distintos frentes a la vez, apuntó.
Con esa perspectiva se puso en marcha el primer hospital universal en el país. Se ubica en Cananea, Sonora, y ofrece atención médica a los afiliados del Seguro Popular y del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en las áreas de pediatría y ginecoobstetricia. En poco tiempo se sumarán las especialidades de medicina interna y cirugía general, dijo.
Para esto no se requiere cambiar la ley, sino que las instituciones logren convenios administrativos y económicos, lo que en el sector ya reporta avances importantes en el tema de las emergencias obstétricas, por el acuerdo nacional que está vigente desde 2009, en el cual participan la Secretaría de Salud, el IMSS y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste).
El convenio garantiza la atención de la mujer embarazada en cualquier hospital, independientemente de si es derechohabiente. Las instituciones también tienen convenios para el pago de servicios de laboratorio clínico e imagenología, indicó el subsecretario.
El nosocomio en Cananea sustituye al antiguo hospital general de la Ssa en esa localidad. Tiene la ventaja de que ya existen los recursos humanos (personal de las áreas médica y administrativa) que dan los servicios, así como la demanda de atención de los afiliados del Seguro Popular y los trabajadores mineros y sus familias, derechohabientes del IMSS, explicó González Pier.
En entrevista, el funcionario puso a esta obra como ejemplo de lo que poco a poco debe ir ocurriendo en el país: la suma de voluntades, porque por separado ninguna institución puede dar respuesta a todas las necesidades y problemas de salud del país.
Sin embargo, el subsecretario reconoció: obviamente se llega a un punto donde se requieren nuevos marcos jurídicos
, pero aunque no se tengan se puede avanzar en el tema de la universalidad. De hecho, apuntó, ahora tenemos un sistema más integrado que hace 10 o 20 años
.
La necesidad de atender las enfermedades y la forma de prestar los servicios empuja el cambio; y si al final los esfuerzos se concentran en resolver la necesidad de los pacientes, todo lo demás se debería acomodar y se acomoda
.
Explicó que en Cananea financieramente no se justifica para el IMSS la construcción de un hospital general; sin embargo, la visión cambia al sumarse con la necesidad del Seguro Popular y así se hizo. La obra tuvo un costo de 234.49 millones de pesos, de los cuales 68.03 millones fueron aportados por la Federación, 92.74 millones por el estado de Sonora y 73.72 millones por la empresa minera.
El antiguo hospital tenía 24 camas y el nuevo tiene 34 censables (de hospitalización) y 17 no censables (camas de urgencias, recuperación post-quirúrgica y cuneros).
González Pier explicó que para lograr este hospital y otros objetivos como parte de la transformación del sector salud, se deben destrabar burocracias. Dijo que prácticamente en todo el país, en ciudades con 30 mil a 50 mil habitantes se requiere de la participación de las instituciones para resolver las necesidades de infraestructura y atención clínica.
Otro proyecto en marcha es dar al estado de Baja California Sur un acelerador lineal para los tratamientos de radioterapia para enfermos de cáncer. Sólo hay una vieja bomba de cobalto en un edificio de la Ssa. Los pacientes del IMSS y el Issste se tienen que trasladar a otras ciudades o estados de la República.
Aunque la necesidad es clara, las áreas económicas de cada institución evalúan si financieramente conviene más esta unión de esfuerzos o seguir pagando los traslados de los enfermos.
En ocasiones hay resistencias pequeñas o grandes, y en todos los casos el tema del dinero es fundamental, pero se puede resolver, concluyó.