Existen indicios de que Estados Unidos exporta ilegalmente mariguana a México, reconoció Alejandro Mohar, miembro de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), durante la presentación del informe 2014 de este organismo.

En el documento se agrega que la fabricación de metanfetaminas en México ha aumentado, y Estados Unidos sigue siendo el mercado más grande de esa sustancia.

El organismo internacional señala que las incautaciones de metanfetaminas en la frontera entre México y Estados Unidos han aumentado notablemente, al pasar de más de 2 toneladas en 2008 a poco más de 10 toneladas en 2012, lo que ha provocado que los precios de esas sustancias bajaran más de 70 por ciento de 2007 a la fecha.

Por su parte, Roberto Dondisch, director general para temas globales de la Secretaría de Relaciones Exteriores, destacó que los estados del norte fronterizos con entidades estadunidenses que han legalizado el uso de la mariguana tienden a reproducir los patrones de consumo, por lo que alertó sobre la necesidad de realizar un cambio en las políticas públicas unilaterales en materia de control y consumo de estupefacientes.

Los niveles de consumo de drogas no se han reducido; algo hay que hacer diferente a escala mundial, dijo, y destacó el nuevo enfoque del reporte de la JIFE, de que no puede haber éxito si sólo se ataca la producción sin modificar los patrones de consumo, además de que no puede atenderse el fenómeno únicamente como problema de salud pública, sin entender que detrás hay una criminalidad que debe atacarse desde una lógica de prevención de la violencia.

Raúl Martín del Campo, director general del Centro Nacional para la Prevención y Control de las Adicciones, aseguró que se ha incrementado entre los jóvenes mexicanos el consumo de la mariguana como droga de impacto. Consideró que esto se debe al hecho de que los adolescentes disminuyen su percepción del riesgo del uso de la yerba. Piensan que no provoca los daños que dicen los especialistas y por lo tanto no está tan mal probarla.

Puntualizó que los cannabinoides no han probado ser mejores que los medicamentos que hay en el mercado, aunque dijo que podrían considerarse una alternativa en aquellos casos en que los fármacos no produzcan el efecto deseado en los pacientes.

Antonio Mazzitelli, representante de la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito, dio a concoer que desde hace dos años trabajan con el gobirno mexicano para tratar de hacer una medición real de la superficie cultivada de opiáceos y los niveles de producción, información que no se conoce con certeza.