De manera incomprensible la Secretaría de Economía se ha pronunciado ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) en contra del etiquetado de alimentos y bebidas que puso en marcha Ecuador. En ese país los consumidores pueden identificar los productos con elevados niveles de azúcar, grasa y sal con el color rojo de un semáforo.

Es una acción que las autoridades sanitarias en México han rechazado de manera sistemática, señaló Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor. En cambio optaron por un etiquetado que no comprenden ni pueden interpretar correctamente ni siquiera los estudiantes de Nutrición.

Es más accesible y de fácil comprensión si en los empaques se coloca un semáforo, donde el color rojo indica que el producto tiene elevado nivel de azúcar y grasa; el amarillo es medio; y el verde es lo más recomendable para evitar problemas de salud, principalmente obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, entre otras, indicó el activista.

Con la carta que la Secretaría de Economía envió en 2011 a la OMC se pone en duda si al gobierno le preocupa más defender los intereses de la industria que la salud de la población. En el mismo documento incluyó el tema de los transgénicos, porque Ecuador también puso en marcha una disposición que obliga a las empresas a informar si sus mercancías están elaborados con esos insumos.

En cambio, en México las autoridades dicen que como no existe información contundente sobre posibles daños a la salud por el consumo de productos elaborados con transgénicos, no se justifica un trato diferenciado entre estos y los convencionales.

En conferencia de prensa, Erick Antonio Ochoa, director para Iniciativas del Control del Tabaco de la Fundación Interamericana del Corazón, recordó que en 2012, la Secretaría de Economía, por conducto de Juan Antonio Dorantes Sánchez, director general de Reglas de Comercio Internacional, envió una comunicación oficial al gobierno de Australia para argumentar en favor de los derechos de propiedad industrial de las tabacaleras.

Lo anterior fue con motivo de la disposición del gobierno australiano para que los pictogramas en las cajetillas de cigarros ocupen la mayor parte del espacio disponible en la cara frontal y que los empaques no lleven logotipos ni colores. La marca comercial aparece con un solo tipo y tamaño de letra, con la finalidad de desalentar el consumo.

La misiva de la Secretaría de Economía solicitó al gobierno de Australia que le comparta la información científica en la que se basó para aplicar estas medidas regulatorias.

Incluso, planteó que México no cuenta con evidencia científica ni técnica de la influencia del embalaje en el comportamiento del consumidor. En cambio, aseguró, la disposición restringe el comercio.