El liderazgo económico que hoy día tiene Alemania en Europa es muy peligroso debido a la desigualdad de los países. La predominancia no crea unidad. Ahora tenemos que procurar un equilibrio; que no haya fronteras y que se esparzan las ventajas económicas de la unidad, comenta a La Jornada el realizador, guionista, actor y director de escena Volker Schlöndorff, artífice del movimiento del nuevo cine alemán, junto con directores como Werner Herzog y Rainer Werner Fassbinder.

Ganador de la Palma de Oro del festival de Cannes y el Óscar como mejor cinta extranjera en 1979 por El tambor de hojalata (adaptación de la novela de Gunter Grass), Schlöndorff ha destacado por su cine de tintes políticos o por su participación activa en esta actividad, que él considera inherente al ser humano.

Se le insiste en el tema de Europa y sus conflictos. Se le mencionan los recientes hechos en Ucrania, la deuda de Grecia... los pasados hechos en París...

No estoy preocupado por el futuro de Europa: creo que, pese a todos los problemas que hemos vivido, me preocuparía más por otros continentes. Estoy muy optimista porque, luego de 2 mil años, Europa cada vez más se vuelve una sola cultura. Todas estas historias que la conforman son parte de una historia sobre héroes y perdedores. La inmigración seguirá cambiando la cara de Europa, voluntariamente o no. La colonización europea en África tendrá su respuesta: ahora ellos regresan, asegura Schlondorff, quien está en México debido a que realizará un laboratorio de actuación para cine dirigido a profesionales.

El histrionismo hoy

La cita para esta reunión será del primero al 4 de marzo en Costa Careyes, en Jalisco. La cátedra Ingmar Bergman, el festival de cine de Morelia, la Fundación Careyes y Cinema 23 son las instancias que organizan este taller histriónico interactivo conducido por uno de los mejores realizadores alemanes, reconocido mundialmente por cintas como Las leyendas de Rita, entre otras. El taller busca el intercambio de experiencias, la reflexión y la puesta en práctica de herramientas metodológicas actuales en el histrionismo.

–¿Hace cine político o historias de personajes que se desenvuelven en un contexto de este tipo?

–Estoy interesado en la política, pero cuando hago una película lo único que quiero contar son historias de personas con ideas políticas muy marcadas. La política es parte de la vida. Por tanto, mis personajes adquieren esa dimensión, aunque se desarrollen en una historia de amor o de suspenso.

Schlöndorff, nacido en Wiesbaden en 1939 y creador de pieza fílmicas que son correos de mensajes políticos, asegura que este cine ya no está desestimado como antes. De hecho, hay una moda por hacerlo, por lo que se le aprecia más. Si se quiere atraer al público, hoy día se puede mencionar que una película está en una dimensión política.

Dice que ya no está activamente en esa tribuna.

Se le pregunta el porqué de su apoyo abierto a la canciller alemana Angela Merkel, de quien se dice, que es su amiga.

Responde: Fue en un aspecto personal. Era más mi amiga antes de que estuviera en el poder. Estoy curioso por saber cómo será el rumbo de nuestra amistad (ironiza). Es una luchadora, aunque no es Supermán.

Schlöndorff estudió ciencia política y económica en La Sorbona de París, y dirección en la famosa escuela de cine IDHEC, de Francia. Comenzó su carrera en 1960 como asistente de dirección en varias películas de la nueva ola francesa, con el mismo Alain Resnais.

Si hay alguien que sabe del trabajo con actores es Schlöndorff. Conducirá ese taller de histriones, al que se asiste sólo por invitación. Antes de empezar este laboratorio me gustaría aprender mas español, pero en tres días lo veo muy difícil, bromea.

El también director escénico de teatro y ópera comenta: “La relación entre los directores y los actores es un misterio, porque no es una relación de amor o amistad –que es mejor que no termine en odio–, pero es muy extraña, porque logras un intimismo indescriptible. Cada director tiene su método”.

Abunda: El buen actor confía en su director; se entrega a él, claro que no como su esposa o su amigo, pero es especial. Se necesita mucha confianza. En mi opinión debes establecer un gran puente de confianza. Trato de ayudarlos a llegar al personaje, porque es en beneficio de todos, incluso de la audiencia. Trato de guiarlos para que vean dentro de su alma; es un proceso delicado.

–¿Cuál es el peor vicio de los actores?

–El narcisismo. Quizá eso es fascinante para el público, pero en general no es muy bueno para la historia que se desea contar. Aunque al mismo tiempo no puedes tapar esa parte de ellos, es como un ingrediente

–¿Y la mejor cualidad?

–Creo que cuando pueden tocarse a sí mismos. Esa la cualidad más grande.

Volker reflexiona alrededor de esta pregunta.

El silencio se apodera de él por varios segundos, y agrega: “Pienso en los actores con los que he trabajado. Los mejores son quienes tienen curiosidad, los que se preguntan quiénes son, los que no paran de conocer a su personaje y a ellos mismos. Los que buscan en su propia identidad.

De las varias identidades

–Para usted, ¿qué es la identidad?

–Algo que se construye a lo largo de tu vida y con tus experiencias. Tenemos varias: una con nuestra madre, otra con nuestro amor, con nuestras relaciones laborales... Yo siento riqueza al tener varias. El ser humano es privilegiado por tener esa multiplicidad de identidades. México en sí mismo está formado por múltiples identidades, desde su origen prehispánico, el español en lo globalizado, hasta lo que tienen de los gringos. Yo no creo en lo puro, en una identidad única.

–¿Qué característica ve en una actriz o un actor para decidir que será uno de sus personajes?

–Eso se descubre en la búsqueda. Si se sabe lo que se busca, es fácil encontrarlo. Eso siempre me ha resultado lo mejor para encontrar a mis personajes. Además no puedes cambiar las características de la gente, entonces trabajas con ellas.

Ya sea en sus adaptaciones literarias como en sus creaciones originales, sus personajes brillan por su rebeldía.

–Hablemos de esos personaje rebeldes que tanto ama.

–Muchos interfieren en algo, son impulsivos. La mayoría son personajes solitarios a los que no les queda otra que ser de así.

–¿Hay algo nuevo en el cine hoy día?

–No. Un tiempo quisimos cambiar algunas cosas, pero el cine no puede ayudar mucho, sólo en el plano de la reflexión. Cuando hablo de cine político me refiero a cintas que contiengan mensajes de aspectos que pueden cambiar. Que tengan mensajes que hagan preguntas.