Logran la transmisión completa del impulso neurológico hasta el miembro
No tiene efectos secundarios y la calidad de la función recuperada es casi tan buena como la de un implante, que requiere tomar inmunodepresores muy fuertes, explica Oskar Aszmann
Jueves 26 de febrero de 2015, p. 2
Viena.
Un equipo austriaco creó una mano biónica dirigida por el cerebro que ofrece ventajas comparables en la vida diaria a las de un miembro injertado.
La revista medical The Lancet reveló el miércoles que tres hombres austriacos se beneficiaron con éxito, entre abril de 2011 y mayo de 2014, de la técnica desarrollada por el profesor Oskar Aszmann, de la Universidad de Viena.
Hasta ahora el único ejemplo conocido era el de un lituano de 21 años que nació con una malformación, cuyo brazo inerte recibió el implante de una prótesis robotizada, operación realizada por el profesor Aszmann a finales de 2014.
Los tres pacientes citados por la revista británica fueron víctimas de accidentes graves, que les dañaron el plexo braquial, entramado de nervios situado a nivel del cuello y que dirige los movimientos de los miembros superiores.
Las heridas del plexo braquial representan una especie de amputación interna, que corta el vínculo de manera irreversible entre la red nerviosa y el miembro.
El procedimiento de reconstrucción biónica implica por ello que el paciente acepte una amputación de la mano inútil.
Intervención menos arriesgada
Según el profesor Aszmann, la reconstrucción biónica es menos arriesgada que el injerto de la mano, practicado desde 1997, el cual implica tomar medicamentos inmunodepresores muy fuertes, y a veces acaba en la necesidad de volver a amputar.
En el caso de la pérdida de una sola mano, creo que la reconstrucción biónica es más beneficiosa, porque no tiene efectos secundarios y la calidad de la función recuperada es casi tan buena como la de un injerto
, explicó el cirujano austriaco.
No hay sensibilidad, no hay carne ni sangre, sólo plástico y componentes, pero desde el punto de vista funcional es comparable a un injerto
, indicó.
La gran novedad es que este equipo vienés ha vuelto a crear una transmisión completa del impulso neurológico hasta la mano biónica.
La mano está equipada de captores que responden a los impulsos eléctricos que emiten los músculos.
Para lograrlo, el profesor Aszmann injerta en los antebrazos de los pacientes músculos extraídos del interior de sus muslos, y luego nervios provenientes de otra zona de la médula espinal, diferente del plexo braquial.
La mano está muy lejos del cerebro. Eso implica regenerar más de un metro de nervios. La segunda dificultad es que el miembro necesita gran cantidad de impulsos enviados por los nervios para moverse
, señaló.
Antes de la amputación, los pacientes sufren un entrenamiento cognitivo de varios meses, primero para controlar una mano virtual representada en video, y luego ejercitándose con una mano híbrida pegada a la verdadera.
Algunos pacientes, al término del proceso, no pueden ser candidatos a la reconstrucción biónica, ya sea porque no tienen suficientes nervios, o porque no están listos sicológicamente, o por falta de un medio ambiente adecuado
; es decir, la posibilidad de proporcionarle cuidados a la prótesis donde viven, explicó Oskar Aszmann.