Debilidad del mercado interno y baja de precios petroleros tendrán efectos negativos
Lunes 23 de febrero de 2015, p. 31
La precarización del empleo ha sido un factor que en buena parte ha inhibido un mayor dinamismo del consumo. Ejemplo de ello es lo que ocurre en el sector servicios, incluyendo el comercio, donde no verán señales claras de impulso mientras la capacidad de consumo de los hogares y las empresas no mejore, aseguró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
En su mensaje semanal señaló que en 2014 se perdieron un millón 64 mil 515 puestos de trabajo con ingresos superiores a tres salarios mínimos, mientras en el mismo lapso se generaron 894 mil 689 plazas con percepciones menores a tres salarios.
Detalló que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Empleo (ENOE), si bien el empleo formal medido como los trabajadores asegurados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) aumentó en 714 mil 526 personas durante 2014, la población ocupada total se redujo en 121 mil 803 en el mismo lapso.
La semana pasada el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) informó que durante el cuarto trimestre del año pasado el producto interno bruto (PIB) creció a una tasa anual de 2.6 por ciento, cifra notoriamente alejada de los pronósticos oficiales que se hicieron a principios de este sexenio, los cuales anticipaban un ritmo de avance de 3.9 por ciento, según los Criterios Generales de Política Económica.
El análisis del Ceesp señala que el dinamismo de la economía estadunidense se ha ido consolidando como el principal motor del crecimiento para 2015, pero no será suficiente para propiciar el impulso que requiere México.
Consideró que la industria manufacturera puede ser la que mantenga un ritmo de avance mayor, como consecuencia de la mejora del sector exportador, aunque esto se concentra en actividades muy específicas, como la automotriz, que si bien aportan una parte importante al crecimiento del PIB, igualmente no resultan suficientes para acelerar el dinamismo del país.
Añadió que el sector de la construcción comienza a mostrar mejor desempeño, aunque se apoya principalmente en la edificación, mientras la obra civil sigue sin repuntar, lo que podría limitar mayores flujos de inversión privada ante la falta de infraestructura que requieren las empresas para ser más productivas y competitivas.
Los analistas del Ceesp mantuvieron su pronóstico de crecimiento para este año en 3.2 por ciento, pues aunque la evolución reciente de las principales variables económicas permiten anticipar un mejor desempeño económico, prevalecen factores que pueden ocasionar que el avance sea menor a lo estimado.
Para el organismo empresarial entre los factores que pueden incidir negativamente está la debilidad del mercado interno y la baja de los precios del petróleo. No obstante, señaló que hay otros de suma importancia que deben ser atendidos con la mayor rapidez posible, como la corrupción, impunidad e inseguridad, que se han constituido como factores con alto costo para la actividad productiva y los hogares.
Hay que tener presente que en muchas regiones del país con gran potencial de valor agregado la inversión está ausente y se sigue amenazando y secuestrando a administrativos de empresas con absoluta impunidad
, puntualizó.