La administración de Héctor Gómez Barraza, en el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), no ha logrado dar sustentabilidad financiera al organismo dependiente de la Secretaría de Turismo, que ha estado en situación de virtual quiebra desde hace al menos cinco años.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó que el Fonatur registró pérdidas por 268 millones 866 mil pesos en 2013, por lo que en la actual dirección general no se está garantizando la sustentabilidad financiera del fondo a corto, mediano y largo plazos, como se establece en el programa institucional del organismo para el periodo de 2009-2014.

Además, la situación financiera se complicó porque el Fonatur incurrió en retraso de obras que impidieron la entrega de infraestructura en destinos turísticos y cometió subejercicios en su gasto, con lo cual se mantuvo la problemática en la creación de centros turísticos y en la consolidación de los centros integralmente planeados (CIP), actualmente en operación.

La ASF detalló que la pérdida neta del ejercicio por 268 millones 886 mil pesos se redujo en 62 por ciento en 2013, pero aún así no alcanzó su punto de equilibrio. El Fonatur, dijo la auditoría, aún mantenía fuertes presiones de liquidez, ya que los compromisos por los financiamientos adquiridos superaban su capacidad de pago, debido a que no generaba los recursos suficientes para cubrir su propia operación (capital de trabajo), así como las amortizaciones y el costo de su deuda.

Consideró que en 2013 persistió la problemática en la creación de centros turísticos y en la consolidación de los CIP en operación respecto de la entrega de la infraestructura y los servicios turísticos a los municipios, y agregó que Fonatur no ha logrado acreditar el impacto de los sitios turísticos a su cargo en el desarrollo social y económico de las regiones donde se ubican.

El Fonatur opera a los CIP de Cancún, Huatulco, Ixtapa, Los Cabos, Capomo, y levanta la infraestructura básica en Playa Espíritu, en Sinaloa, aunque esos trabajos presentan retrasos considerables. La ASF dijo que la demora en las obras de Playa Espíritu se debieron a los adeudos por trabajos y suministros no pagados que la filial Fonatur Constructora mantenía con proveedores y prestadores de servicios locales que contrató para las obras de 2011 y 2012.

A pesar de que los trabajos estuvieron a cargo de empresas privadas, los proveedores realizaron bloqueos que impidieron el suministro de materiales, ante la exigencia del pago de sus adeudos. Esto ocasionó que se suspendieran las obras hasta lograr los acuerdos necesarios para reactivarlas, explicó la ASF.