El artista multidisciplinario inauguró su exposición Collage en el Cecut
el equilibrio conceptual y estéticode Alberto Blanco
Reúne más de 400 obras, muchas inéditas, de un quehacer ininterrumpido de cuatro décadas, que ocupan una sala de ese complejo cultural en Tijuana
En los muros de la galería recupera la memoria del poeta Juan Martínez y del narrador y traductor Federico Campbell
Viernes 20 de febrero de 2015, p. 3
Tijuana.
La exposición Collage, inaugurada el miércoles en el Centro Cultural Tijuana (Cecut), reúne trabajos de una práctica continua de cuatro décadas que, como la frontera, no me abandona, dijo el escritor y artista multidisciplinario Alberto Blanco.
Desde el día 18, fecha en la que cumplió 64 años, más de 400 obras –la mayoría son inéditas y la más antigua data de 1968– se exhiben en la sala de exposiciones temporales de ese complejo cultural, donde se entreveran imágenes en papel del tigre, árboles, invitaciones, grabados, carteles y pinturas en los que cultiva el equilibrio conceptual y estético
, además de una diversidad de personajes como Juan Martínez, hombre al que Blanco define como excepcional
, pues lo conoció por historias fantásticas, misteriosas
de amigos suyos oriundos de Tijuana que vivían en la ciudad de México.
Alberto Blanco (DF, 18 de febrero de 1951) conoció la frontera norte en el invierno de 1965, durante un recorrido que realizó –a la edad de 14 años– desde su ciudad natal hasta Los Ángeles, California, en un camión de la línea Estrella Blanca que sufrió una avería en el trayecto, al segundo día de viaje, y nos quedamos en medio de la nada, supongo que en Sinaloa
.
Respecto de esa experiencia escribió el poema El autobús descompuesto, en el cual advierte que, alrededor de una fogata, “quizá fue la primera vez en mi vida/ que escuché a alguien/ cantar una canción de los Beatles…”, en voz de una mujer invidente que tocaba el acordeón.
Encuentro mágico
La voz de Alberto Blanco, poeta, ilustrador y músico, se esparce en el Cecut. Habla, rememora tiempos que permanecen entre sus párpados para aguzar el encuentro mágico con Juan Martínez, poeta jalisciense que hizo de Tijuana su morada durante una veintena de años.
Junto con Patricia Revah, su mujer, el artista viajó a Tijuana en los años 70 del siglo pasado con la única referencia de que Martínez, autor de En las palabras del viento, vivía en las calles, en una alternativa de fortuna y destino. “No lo vamos a encontrar, me decía Paty, esa soldadera del plan descabellado de encontrar a Juan Martínez.
Nos hospedamos en un hotel de media estrella, de estrella fugaz o, más bien, de polvo de estrella
, evoca Blanco la mañana en que salieron a la calle principal, la avenida Revolución, para iniciar su búsqueda y antes de 15 minutos miró a un hombre en una esquina: ése es Juan Martínez, estoy seguro, le dije a Patricia. Caminé hacia él, lo abracé y le pregunté a quemarropa si era él
. La respuesta fue propia del poeta y dibujante: ¡Hace mucho tiempo que te estoy esperando!
Estas historias se esparcen en los muros blancos de la galería del Cecut, donde se recupera la memoria de Juan Martínez (1933-2007) en la obra La rosa de la circuncisión y del tijuanense Federico Campbell (1941-2014), en Máquina de escribir.
Tijuana también ha sido un ábaco amoroso de la memoria de este artista de múltiples facetas, pues en su recorrido literario se ubican los escritores Luis Cortés Bargalló, Víctor Soto Ferrel, Alfonso René Gutiérrez, Carlos Coto, Rosina Conde y el propio Campbell.
En la entrevista se refiere a la Colección del Salmón de la editorial Penélope que coordinaba Cortés Bargalló, donde Blanco publicó el poemario Antes de nacer, y los tiempos en que integraron la banda Las plumas atómicas, en el primer lustro de los años 80 del siglo pasado.
En la poesía, el lenguaje parece que es al revés, proviene en sentido contrario, por eso lo del salmón, dice Blanco, al tiempo que a lo lejos un poema enuncia: La poesía es una pregunta/ La prosa es una respuesta/ La prosa es sólo un camino/ La poesía es la luz del camino
.