El desarrollo inmobiliario en la ciudad de México ha crecido de manera desordenada. Las grandes empresas construyen donde tienen oportunidad o privilegian la periferia para edificar vivienda de interés social, sin garantizar los servicios e infraestructura necesarios y lejos de los centros de trabajo de sus habitantes, en zonas que se convierten en cárceles para quienes viven allí, afirmó Simón Levy, director de la paraestatal Agencia de Promoción, Inversión y Desarrollo para la ciudad de México (Procdmx).

Es inhumano que un ciudadano tenga que ser desterrado de su ciudad porque el precio del metro cuadrado no es lo suficientemente asequible para que pueda vivir dentro de ella, manifestó el funcionario en entrevista con este diario.

Ante esa situación, explicó, el Gobierno del Distrito Federal ha aplicado una política cuyo propósito es humanizar desarrollo urbano, la cual consiste en que si una empresa inmobiliaria quiere construir vivienda, antes tiene que garantizar que en esa zona haya servicios, transporte y espacios públicos.

Esto, agregó Levy, con una visión de gobierno, pues la ciudad no puede seguir creciendo de manera desordenada, cuando hay zonas en la misma urbe que están envejeciendo y deteriorándose, que requieren de inversión social, es decir, generar procesos virtuosos para su rescate.

La gente no quiere vivir lejos de donde trabaja; quiere proximidad, compactación, y lo que se está haciendo es generar una plusvalía social y para eso es necesario llevar a cabo un trabajo de planeación, pues la responsabilidad del gobierno es generar alternativas de crecimiento y desarrollo sustentable y humanizador.

Simón Levy habló en entrevista con este diario sobre los programas de inversión del GDF en materia de desarrollo urbano integralFoto Jesús Villaseca

Un ejemplo de esto, indicó Levy, son las zonas de desarrollo económico y social (Zodes) que impulsa el gobierno capitalino y están a cargo de Procdmx, las cuales definió como procesos de planeación urbana que involucran desarrollo de infraestructura, vivienda, equipamiento y servicios, en asociación con el sector privado, académico y social.

No es un cheque en blanco, aseguró, pues si quieres construir vivienda, primero tienes que generar infraestructura para que la gente pueda vivir bien, habilitar espacios públicos, tener transporte y los servicios básicos.

Lo mismo opera para la generación de infraestructura urbana, con la promoción de proyectos que no impliquen un costo para los capitalinos ni la privatización de servicios, espacios públicos o cualquier activo de la ciudad.

Primero, explicó, se tiene que garantizar un beneficio para la calidad de vida de los ciudadanos, pero también generar utilidades tanto para el gobierno como para el sector privado, como es el caso, dijo, del Centro de Transferencia Modal El Rosario, cuya rehabilitación estuvo a cargo en su totalidad de la iniciativa privada, con un esquema de sociedad con el GDF.

Así, afirmó, se ha mejorado la movilidad de la zona en beneficio de miles de personas y, lejos de vender, privatizar o entregar ese espacio, se estableció un modelo para que en un periodo de 30 años las ganancias generadas por la explotación de los locales comerciales incluidos en el proyecto se repartan entre el gobierno, que aporta el usufructo del espacio, y el sector privado, que aportó el capital de riesgo y pueda recuperar su inversión.