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Es la primera emisora en transmitir desde un siquiátrico, afirma su director, Alfredo Olivera

Radio La Colifata, respuesta a prácticas sociales que propician la exclusión

Es modelo de iniciativas similares en Uruguay, Chile, Francia, España y Suecia, entre otros países

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El músico francés Manu Chao (al centro con gorra) fue uno de los invitados al programa, que se transmite los sábados desde el jardín del hospital Borda, en Buenos AiresFoto Dpa
 
Periódico La Jornada
Lunes 16 de febrero de 2015, p. a13

Buenos Aires.

El factor sorpresa fue importante: internos y ex internos del hospital siquiátrico Borda, de Buenos Aires, al frente de una radio. Ese fue el comienzo de La Colifata en 1991, una aventura que tras más de dos décadas es considerada una apuesta sólida que transforma la vida de muchas personas.

“A priori interesaba por la novedad, después de 10 años uno ya podía pensar que interesaba por otros aspectos. Les hizo sentir que su palabra tenía valor”, dice el sicólogo Alfredo Olivera, creador y director de radio La Colifata, que se puede escuchar en el dial 100.1.

El fundador de la emisora pensaba que era “imposible generar un cambio en relación con la problemática del sufrimiento síquico si no se creaba un espacio para trabajarla también en el territorio de lo social.

La cuestión de la locura es muy compleja y puede ser abordada desde múltiples lugares. Lo que encontré cuando empecé a ir al hospital de voluntario en 1990 era el gran aislamiento social en el que vivían las personas allí internadas, cuenta.

Olivera sabía que una gran cantidad de pacientes llevaba muchos años internados. La idea de la radio surge como respuesta, en principio, a una lectura que tenía que ver con los efectos de ciertas prácticas sociales que producen exclusión, la cual tenía un espacio geográfico en el siquiátrico, explica.

El director de La Colifata resalta el impacto del proyecto a escala global, al ser la primera radio en el mundo en transmitir desde un siquiátrico. Tuvo muchísima visiblidad. Tanta, que se volvió modelo para iniciativas similares en Uruguay, Chile, Francia, España y Suecia, entre otros países.

En directo

La Colifata, que se financia con publicidad, donaciones, actos y subsidios, transmite en directo desde los jardines del hospital Borda los sábados durante seis horas, con una antena propia. Hay invitados y visitas de la comunidad en general, incluso famosos como el músico francés Manu Chao.

La radio es un espacio de referencia importante. Produjo efectos clínicos y sociales en términos de la movilización y solidaridad que vienen de la comunidad. Me parece que tambíen pudo influir en la aplicación de políticas públicas, dice Olivera.

La Colifata es una organización no gubernamental que nació en el contexto de una experiencia de comunicación terapéutica para generar lazos entre los usuarios y el mundo exterior.

La idea básica de crear la radio fue producir un acto en el que se generen situaciones de encuentro entre personas con padecimiento mental y una comunidad que tiende a aislar, a hacerlas invisibles, a dejar aparte, a abandonar, señala.

A su vez, su creador cuenta que la intención es que tenga una impronta alegre, festiva y que se registren situaciones en el siquiátrico, pero también salirse de ahí para echarlas a rodar en la esfera social.

Desde el principio, en agosto de 1991, la primera vez que fue puesto al aire un fragmento de lo allí grabado, hubo de inmediato una respuesta del público, dice.

En aquella época, con Internet aún en etapa embrionaria, Olivera iba al hospital con una grabadora de periodista. Estaban de acuerdo en grabar. Circulaba de mano en mano, cada uno dando su punto de vista sobre algún tema. Luego una síntesis de ese debate era puesto al aire en una radio comunitaria, lo que generaba respuesta de los escuchas. Llamadas telefónicas que se grababan, señala.

Al sábado siguiente, cuando se volvían a reunir, el director de La Colifata llevaba los mensajes para que los escucharan todos juntos.

Permitían estructurar los nuevos debates porque en general los llamados eran preguntas: ¿cómo los tratan? ¿qué es para ustedes la locura o la normalidad?, cuenta.

Las preguntas, motor de la emisión

Las preguntas de los escuchas se convertían en el motor para que los integrantes de este nuevo espacio se empezaran a interrogar y debatir. Olivera se ocupaba de coordinar ese espacio.

La radio aparece como un escenario posible que crea situaciones de encuentro para producir efectos clínicos de inclusión, afirma el director de La Colifata.

Cada emisión semanal de la radio es grabada y después se edita para que se respeten criterios ético-terapéuticos y estéticos.

El hecho de que estas personas tengan una radio, sean escuchadas y su mirada se considere válida, empezó a causar efectos en los que hablaban, como estar motivados, debatir, participar en debates, organizarse, reflexionar y transformarse en actores sociales, dice.

Olivera destaca la valía del proyecto al señalar que La Colifata acompañó a muchas personas en su proceso de recuperar las condiciones de alta, a salir del hospital siquiátrico.