A un año de su fallecimiento, ayer se rindió un homenaje al periodista y narrador mexicano Federico Campbell Quiroz (1941-2014), en la sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes. En la ceremonia participaron los escritores Margo Glantz y Juan Villoro, así como el neurólogo Ranulfo Romo, y Vicente Alfonso como moderador.

Durante el reconocimiento a su fructífera trayectoria se destacó la personalidad y los diversos intereses que Campbell tenía como editor, escritor y ensayista, entre ellos su auspicio a la publicación de jóvenes narradores, mediante la editorial independiente La Máquina de Escribir, así como por su interés por indagar en el proceso y mecanismos de la memoria y el libre albedrío.

Luego de la proyección de una video/semblanza, en el que el propio escritor recuerda su adolescencia en Tijuana y sus inicios como periodista y escritor, la maestra Glantz destacó entre otras cuestiones que lo más valioso en la obra de Campbell es su invisibilidad, la forma cómo él desaparece para que otros aparezcan y hablen.

Glantz se refirió también a Juan Rulfo y Leonardo Sciascia, a quienes Campbell reconocía como sus amigos y padres literarios. Asimismo, destacó el interés que tenía el escritor tijuanense por el mecanismo y ejercicio de la memoria.

Romo calificó a Campbell como un neurobiólogo, por el interés que éste mostraba como escritor y desde el campo de la ciencia, por los procesos del libre albedrío y la toma de decisiones en el ser humano. Él estaba obsesionado con entender de dónde y cómo en nuestro cerebro provenían nuestra memoria e imaginación, y nuestra capacidad para decidir, explicó Romo.

Villoro, entre otras cosas, resaltó que Campbell fue quien comenzó a escribir sobre la descomposición social, la criminalidad, la corrupción y la impunidad, “cuando nadie hablaba de esos temas.

Campbell fue pionero de esos estudios desde la literatura e incorporó, con sus personajes fronterizos, a Tijuana dentro de la literatura mexicana.

Carmen Gaytán, compañera de vida de Campbell, dijo a La Jornada, tras concluir el homenaje, que se sentía muy conmovida por la ceremonia y por “la recuperación literaria de Federico, pues por la modestia y falta de protagonismo que tenía, olvidó hacer relaciones y buscar fama.

En la república de las letras, fue un hombre muy honesto, tenaz y prudente. Nunca abandonó su amor por México y los temas de desigualdad que tanto lo conmovieron. Hoy vemos que su literatura se ha impuesto y es reconocida.

Gaytán recordó que en 2014 se puso en circulación de manera póstuma la redición, a sus 35 años, del libro Pretexta, así como los volúmenes La era de la criminalidad, Padre y memoria, El regreso a casa y La memoria de Sciascia.

Adelantó que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) publicará este año un manual que llevará por título Periodismo escrito.