E
ntre estas mezquitas hay una que es la principal, que no hay lengua humana que sepa explicar la grandeza y particularidades de ella, porque es tan grande que dentro del circuito de ella, que es todo cercado de muro muy alto, que se podía muy bien hacer una villa de quinientos vecinos; tiene dentro de este circuito, todo a la redonda, muy gentiles aposentos en que hay muy grandes salas y corredores donde se aposentan los religiosos que allí están. Hay cuarenta torres muy altas y bien obradas, que la mayor tiene cincuenta escalones para subir al cuerpo de la torre; la más principal es mas alta que la torre de la iglesia mayor de Sevilla. Son tan bien labradas, así de cantería como de madera, que no pueden ser mejor hechas ni labradas en ninguna parte
.
Así describe Hernán Cortés el Templo Mayor de Tenochtitlan, en las Cartas de Relación que le manda al rey Carlos V, para informarle del impactante mundo que ha descubierto para la Corona de España. Hasta 1914 se pensó que ese prodigio arquitectónico se encontraba debajo de la Catedral, como se acostumbraba cuando se levantaba el principal templo católico en una localidad prehispánica. Parece ser que las monumentales dimensiones del gran templo, les llevaron a erigir la Catedral a un costado.
Fue hasta ese año de 1914 cuando un joven arqueólogo Manuel Gamio, fue llamado para investigar unos vestigios que surgieron al demoler una casa virreinal. Su conocimiento de los códices y las descripciones de los cronistas, lo llevaron a determinar que se trataba del impresionante Templo Mayor que había deslumbrado a los conquistadores. El histórico hallazgo se mantuvo abierto al público en un pequeño museo de sitio.
Fue en 1978 con el hallazgo de la diosa Coyolxauhqui, que se decidió sacar a la luz el Templo Mayor. Se demolieron las casas que lo habían cubierto por siglos y desde esa fecha no han cesado de realizarse descubrimientos sorprendentes.
Al cumplirse el centenario del hallazgo de Manuel Gamio, el Museo del recinto presenta la exposición: 100 años del Templo Mayor. Historia de un descubrimiento
. En la inauguración se develó un busto que realizó el escultor Sergio Peraza. Es fascinante admirar algunos de los primeros planos de la nueva ciudad que se levantaba sobre Tenochtitlan, en los que aparece el Templo Mayor; algunos se trajeron de los archivos de Sevilla.
También hay piezas arqueológicas como el hallazgo de Gamio de una bella banqueta policroma. Se presentan vídeos, retratos, libros, mapas, fotografías y documentos, que permiten conocer la historia del descubrimiento y acercarnos a la figura de Manuel Gamio.
Es considerado el padre de la antropología en México por haber iniciado a principios del siglo XX, los estudios antropológicos con un enfoque integral y profundamente nacionalista.
Este sentimiento lo llevó a otros campos de las ciencias sociales y se expresó en un afán inagotable por mejorar la vida de los grupos indígenas, no sólo de nuestro país, sino de todo el continente.
Pionero en muchos campos, al gestarse el movimiento revolucionario fue uno de los ideólogos del nacionalismo que se gestó con pasión en ese período. Sus ideas las plasmó en Forjando Patria, libro que tuvo fuerte impacto entre los intelectuales y artistas de la época. Como subsecretario de Educación Pública se enfrentó públicamente al presidente Calles, al denunciar actos de corrupción en la dependencia, lo que lo forzó al exilio.
El domingo 22 a las 13 horas en la Feria del Libro de Minería, Eduardo Matos va presentar la 3a edición de la biografía de Gamio, Una lucha sin final de la autora de estas líneas.
Asimismo, todos los sábados de este mes, a las 10 am, se van a dar conferencias sobre el tema en el Auditorio del Museo del Templo Mayor y aprovecha para ver la exposición.
A unos pasos en la esquina de Argentina y Luis González Obregón se encuentra la cantina Salón España, de las pocas que abren en domingo. Ofrece sabrosa botana y 156 marcas de tequila, usted dirá...