Berlín

El cineasta mexicano Gabriel Ripstein ganó el premio de la mejor opera prima en el 65 Festival Internacional de Cine de Berlín, con su trabajo 600 millas. Cabe recordar que el año anterior en la misma categoría la película Güeros, del director me-xicano Alonso Ruizpalacios se llevó la misma distinción.

La historia de 600 millas se centra en un aspecto concreto de la relación entre México y Estados Unidos, la venta de armas y el tráfico que entre ambos países existe sin que exista prácticamente ningún control.

Ripstein, emocionado, expresó su agradecimiento a su padre, el director Arturo Ripstein: Espero que esté orgulloso. A mi hijo Matías, de 11 años, le dedicó el premio. Ripstein señaló que sin querer poner etiquetas la relación entre los dos países es por definición desequilibrada. Adelantó que su próximo filme será más bien intimista. No soy un cineasta político, soy un contador de historias, agregó.

Oso de Plata para El botón de nácar

El mexicano Fernando Eimbcke, invitado a Berlín, y fue el encargado de entregarle el galardón. Michel Franco y Moisés Zonana, productores de 600 millas, no ocultaban su emoción agradeciendo a Ripstein la oportunidad de poder trabajar juntos.

En tanto, el maestro chileno Patricio Guzmán se llevó el Oso de Plata al mejor guión por El botón de nácar, además del reconocimiento especial por parte del Jurado Ecuménico, organización que agrupa a las Iglesias católica y evangélica en Alemania.

El botón de nácar es un trabajo documental que indaga sobre la importancia de los océanos y el agua como elementos conductores de vida en la Tierra. El documental recorre un aspecto de la historia de Chile, que va del genocidio de los indígenas de la Patagonia trasandina hasta los crímenes cometidos durante la dictadura de Augusto Pinochet.

El cine chileno se hizo con un segundo premio, el del Gran Jurado, que recayó en Pablo Larraín por El club; trabajo donde indaga la vida de sacerdotes pederastas de la Iglesia católica.

El premio Alfred Bauer, que la Berlinale entrega a cintas que abren nuevas perspectivas dentro del cine, fue para Ixcanul, del guatemalteco Jayro Bustamante, quien subió orgulloso al escenario a recibir su Oso, flanqueado por las protagonistas del filme, las indígenas mayas María Mercedes Coroy y María Telón, madre e hija respectivamente en la cinta. Es la primera vez en 65 años que un filme de Guatemala participaba en la selección oficial de 19 películas en competencia.

Bustamante, con la voz quebrada, expresó: “Agradezco sobre todo a las dos Marías, protagonistas del filme, que hicieron posible la realización de Ixcanul”.

María Telón se dirigió al público en lengua Kakchikel para después traducir ella misma en español: Gracias Berlín por abrirnos las puertas de su país, por haber aceptado nuestra película.

Berlín vuelve a reconocer al cineasta iraní, Jafar Panahi, otorgándole a su cinta Taxi, el Oso de Oro como mejor película. La sobrina de Panahi, Hana Saeidi, quien protagoniza la cinta, recibió el premio.

Como se recordará, el gobierno de Teherán vetó a Panahi para realizar cualquier tipo de trabajo cinematográfico, al tiempo que le retiró el pasaporte.

Por otro lado, la mejor dirección del certamen fue compartida por el rumano Radu Jude (Aferim) y la polaca Malgorzata Szumowska (Body).

El Oso de Plata por la mejor actuación, tanto femenina como masculina, fue otorgado a Charlotte Rampling y Tom Courtenay, los protagonistas de la ficción introspectiva 45 Years, dirigida por Andrew High.

Ya pronosticado como éxito en taquillas, la cinta alemana Victoria recibió el Oso de Plata por la destacada creación artística del camarógrafo, el sueco Sturla Brandth Grøvlen, quien durante dos horas y media de plano fijo sigue la vida de una joven española que se encuentra en Berlín por tres meses y se ve envuelta en una serie de hechos inusitados y violentos con un grupo de jóvenes berlineses.

Victoria también recibió el premio de los lectores del periódico berlinés Morgenpost.

(Con información de AFP)