A pesar que el espacio curricular destinado a la tutoría de alumnos de secundaria en México se ha ido consolidando, pues se estableció como parte de las asignaturas que se imparten en el aula, su construcción como espacio de debate y trabajo colectivo aún enfrenta retos.

En el libro Tutoría en escuelas secundarias: un estudio cualitativo, coordinado por los investigadores María Ibarrola Nicolín, Eduardo Remedi Allione y Eduardo Weiss Horz, se destaca que los problemas que aún enfrenta la tutoría se ubican más allá de su diseño formal y de su gestión administrativa en los planteles.

Señalan que consolidar la hora que cada semana se destina para atender temas de interés de los alumnos, mediante la tutoría, y convertirlo en un espacio innovador, requiere de superar la “debilidad e insuficiencia de los cuerpos directivos, la desarticulación entre los equipos –incompletos– de asistencia educativa y de los tutores”.

A esto se suma la ausencia de trabajo colegiado, la saturación de cargas laborales que favorece la impartición de programas de estudios, la ausencia de una cadena articulada de apoyo desde las autoridades educativas hasta los tutores, así como la falta de capacitación y elaboración de materiales educativos.

El libro, elaborado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, es resultado del análisis de una muestra estadísticamente representativa de las secundarias del país, que implicó la visita a planteles, aplicación de cuestionarios y entrevistas.

Los especialistas destacaron que la correcta implementación del espacio curricular de la tutoría en la vida cotidiana de las escuelas, demanda la construcción de consensos, para que se le considere una actividad sustantiva de la vida escolar y su proyecto educativo, pero también requiere que las autoridades legitimen y apoyen el trabajo tutorial.

También sugieren revisar los lineamientos de tutoría para integrar la innovación realizada en la práctica escolar.

Además, proponen asegurar el impulso a la gestión colegiada en los planteles, lo que implica la resolución de problemas de nombramiento y horarios de todo el personal, así como la previsión de tiempos regulares para ello, destaca el texto.