Actriz de los años 30, para algunos, primer símbolo sexual del cine
Viernes 13 de febrero de 2015, p. 9
Controvertida actriz estadunidense, famosa por su personalidad atrevida e irreverente, opulenta de pechos y caderas, fue para el cine una adelantada a los movimientos en favor de la liberación femenina. En alguna ocasión, un crítico la describió como ruidosa, plebeya, irónica, sensual, siempre envuelta en plumas y en joyas
. Mae West causó revuelo en el Estados Unidos conservador de la década de los 30 por su forma tan peculiar de comportarse ante el público.
La sala 9 Juan Bustillo Oro será sede de la retrospectiva dedicada a esta actriz, considerada un epítome de feminidad. La selección consta de ocho cintas que estarán en cartelera del 13 de febrero al primero de marzo.
El ciclo dará inicio con Noche tras noche (Night after night, de Archie Mayo, 1932), filme con el cual debutó en 1932. Es la historia de un exitoso ex boxeador que tras haber comprado un bar clandestino durante el periodo de la ley seca, se enamora de una chica de alta sociedad que aparentemente no sabe nada de su pasado.
Viene después una cinta nominada al Óscar como mejor película en 1934, Nació para pecar (She done him wrong, de Lowell Sherman,1933), adaptación de una obra teatral que Mae había interpretado en Brodway. Se trata de la historia de una cantante cuyo interés principal son los hombres. Cabe mencionar que los picantes diálogos que se incluyen en el libreto son parte de la historia del cine.
La siguiente proyección, No soy un ángel (I’m no angel, de Wesley Ruggles, 1933) es una comedia musical en la que la intérprete da vida a una cantante de feria cuyos principales admiradores son varones. Además de actuar, West también realizó el guión en el que plasmó varios elementos autobiográficos de sus días como bailarina de vaudeville. La cinta se estrenó cuando la actriz era la estrella femenina más popular de Estados Unidos.
No es pecado (Belle of the nineties, de Leo McCarey, 1934) también forma parte de la programación. En esta ocasión, la también guionista y dramaturga estadunidense personifica a Ruby Carter, cantante de cabaret que navega por el Misisipi con su espectáculo dirigido al público varonil. A pesar de los comentarios libidinosos de éstos, Ruby decide dejarlos pasar y poner toda su atención en un boxeador apodado Tiger Kid, quien se batirá contra un tercero por el amor de la cantante.
Para seguir con esta línea, también se incluyen Soy una dama (Goin’ to town, de Alexander Hall, 1935), Hollywood te llama (Go west young man, de Henry Hathaway, 1936) y Curvas y balas (My little chickadee, de Edward F. Cline, 1940). Historias que van acorde con el estilo que manejó durante su trayectoria actoral: mujeres que en público o en privado caen en una vida de excesos cuyo eje principal son los hombres y las diversas técnicas para conquistarlos, tenerlos, aprovecharlos y desecharlos.
La intérprete también es considerada por algunos como el primer símbolo sexual y mujer fatal de la historia del cine. Durante sus interpretaciones gozaba de grandes privilegios, como elegir desde la escenografía hasta sus compañeros de reparto, algo que rara vez se concedía a las actrices.
Nacida en la ciudad de Nueva York en 1892, Mae empezó su carrera actoral con algunas imitaciones que realizaba desde los cinco años, sin embargo, hasta los 13 comenzó con las actuaciones en teatro y vaudeville. Fue hasta 1918 cuando logró ser reconocida como estrella en diversos escenarios, y a partir de 1926 empezó a escribir, producir e interpretar sus obras. La primera fue Sexo (1926), con la que obtuvo un éxito rotundo que resultó desagradable ante los ojos de las autoridades, quienes la condenaron a ocho días de prisión. La siguiente fue Drag, obra que no pudo interpretar debido al tema tabú que abordaba: la homosexualidad.
Cabe destacar que el trabajo que Mae West escribió e interpretó (en cine, teatro y el vaudeville) fue realizado en Estados Unidos y tenía como común denominador temas referentes al sexo, característica por la cual logró avasallar las taquillas y poner en jaque a los censores.