Con la instalación de 500 mil alarmas vecinales, el Gobierno del Distrito Federal (GDF) busca construir la red más grande de protección ciudadana en América Latina, la cual podría tener una cobertura de alrededor de 4 millones de personas, dependiendo del número de habitantes en cada vivienda, informó el mandatario capitalino, Miguel Ángel Mancera.

Al encabezar la inauguración del Centro de Monitoreo de Alarmas Vecinales y de Seguridad Ciudadana, en la calzada San Juan Aragón, de la colonia Villa, en la delegación Gustavo A. Madero, explicó a las personas ahí reunidas que estas alarmas no sólo se vinculan a temas de policía, sino también a emergencias médicas.

Mancera les aseguró que en la ciudad de México no se quiere utilizar a la policía para vigilar marchas y plantones, pero, justificó, cuando hay una afectación mayor, pues no hay otro remedio mas que restablecer el orden.

Recordó que antes se ponía un foco afuera de las casas o se apretaba un botón para que sonara una chicharra, pero nadie se acercaba. Y si con suerte había algún vecino valiente, pues entonces salía a ver qué pasaba. Este programa es absolutamente diferente; únicamente tienen que oprimir el botón y la señal se recibe en el centro de monitoreo, que cuenta con la tecnología necesaria para atender y enviar ayuda.

Asimismo, detalló que a partir de ahora 129 colonias de la delegación Gustavo A. Madero van a ser monitoreadas por 8 mil alarmas vecinales, dando prioridad a los adultos mayores, jefas de familia o personas que vivan solas. Si alguien oprime el botón y no puede comunicarse, de todas maneras se manda una unidad para verificar qué pasa, porque a lo mejor no puede hablar o se encuentra en una situación de emergencia.

Para reforzar la seguridad en esta demarcación, agregó, además de la instalación gratuita de las alarmas vecinales –se requiere de una línea telefónica– se lleva a cabo el operativo Rastrillo, durante el cual se retira de la vía pública todo lo que pudiera ser nocivo, incluidos quienes ingireren bebidas alcohólicas en vía pública, porque no permite la convivencia ni que los niños puedan salir a la calle a jugar, o que las señoras salgan tranquilas a hacer sus compras, y se realizan patrullajes permanentes en zonas específicas.