Rescatan el legado de Melquiades Herrera en un bello libro
uando murió el artista plástico Melquiades Herrera en 2003, la pregunta que mucha gente se hacía era ¿qué pasaría con su prolífica, pero efímera obra? Casi el mismo día de su funeral, la revista Generación comenzó a preparar un número en homenaje, el cual coordinó el artista Martín González, y que fue presentado en una galería del Claustro de Sor Juana, que coordinaba Sol Henaro.
Al paso del tiempo podemos celebrar que existe ya un libro que reúne, a lo largo de 350 páginas, el resultado de una ardua investigación realizada precisamente por Sol Henaro y con el cuidadoso trabajo editorial de la empresa Alias, que dirige el también artista visual Damián Ortega, quien explica los objetivos de este bello volumen que se presentó hace unos días: Pretende registrar y poner a la vista una manera de hacer arte en México en los últimos tiempos, para evitar que una parte de esta historia se pierda. De alguna forma, la reunión del material ha implicado un deam- bular similar al del artista, siguiendo sus rastros y lugares familiares
.
Lo más interesante de armar este libro, cuenta Damián, “fue invitar a los amigos y conocidos de Melquiades Herrera que presenciaron eventos realizados o protagonizados por él, a contar historias con el fin de construir una documentación oral, de intercambio y recuperación de la información, que contrarrestaron la idea de la obra como un objeto que perdura y se conserva en alguna colección o museo. Este objetivo quedó ampliamente cumplido a lo largo de este volumen, cuyo cuidado editorial es responsabilidad de Sara Schulz. En este sobrio libro se reúnen los testimonios de reconocidos artistas, como Arnulfo Aquino, Maris Bustamante, Abraham Cruzvillegas, Felipe Ehrenberg y César Martínez, entre otros. Así como el testimonio de Manuel Zapata, emblemático mesero de la desaparecida cantina El Nivel, en donde Melquiades Herrera tuvo su segunda o quizá primera casa.
En este libro se reproducen decenas de textos publicados por Melquiades en las más insospechadas revistas y fanzines, así como textos académicos y experimentales; de muchos de ellos se reproducen los originales mecanografiados y otros con el seudónimo de Hilario Becerril. También aparecen numerosas fotografías de las colecciones de objetos kitsch, fetiches, y en general de la más ordinaria iconografía popular, como por ejemplo su colección de peines de plástico, incluso dentro del libro se obsequia una lupa, que a la vez es una regla métrica. Se incluyen también fotografías y programas de numerosos performances y otros documentos memorables, como la tarjeta navideña del denominado No Grupo, que data de 1979.
No sabemos si este libro estará a la venta, pues se advierte que es una edición que busca la difusión de la obra y no tiene fines de lucro económico ni otros que contraríen el espíritu original de la misma
. Para cualquier información sobre el mismo puede dirigirse a la página: www.aliaseditorial.com
28 performanceros
Otro texto dedicado al resbaladizo tema del performance está por aparecer. Se trata de la publicación del trabajo de tesis académica que realizó Dulce María de Alvarado (Moro) y que consiste en 28 entrevistas a los más reconocidos representantes de este polémico género. Desde luego en este volumen hay una conversación con Melquiades Herrera, así como la última entrevista que concedió el iconoclasta artista Marcos Kurtycz. Cabe mencionar que la portada de este volumen, patrocinado por la Fundación Jumex, es del neólogo Felipe Ehrenberg. El prólogo es del conocido curador y crítico de arte Cuauhtémoc Medina. Seguramente será un documento muy útil para nuevas generaciones interesadas en el tema.
La contracultura tijuanense
Siguiendo con esta saga de publicaciones contraculturales no podríamos dejar de mencionar la aparición del libro Detonación: contra-cultura (menor) y el movimiento fanzine de Tijuana (1992-1994), publicado por la editorial independiente Norte Estación y escrito por el investigador Pedro Valderrama Villanueva. Se trata del rescate testimonial de un movimiento generacional y multidisciplinario. El autor explica que este colectivo estuvo conformado por jóvenes menores de 20 años, quienes provocaron innovadoras manifestaciones artísticas, teniendo como principal plataforma de expresión los llamados fanzines. En este libro se reúnen diversos documentos y entrevistas que dan testimonio del mencionado impulso colectivo que ahora ya es de casi cuarentones y como una confirmación de que la contracultura está más allá de la edad de sus protagonistas. Su presentación será el 24 de febrero en la Feria del Libro de Minería.