Los programas federales para los adultos mayores continúan teniendo corte asistencialista y violan sus derechos humanos, consideraron Rocío Culebro, directora ejecutiva del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD) y Adelina González Marín, investigadora de esa misma institución.

Durante la presentación del libro Análisis sobre la política pública en México para personas adultas mayores desde el enfoque de los derechos humanos, ambas coincidieron en que este sector sigue experimentando problemas para acceder a los servicios de salud, vivienda y alimentación adecuada, y persiste el rezago educativo, a lo que se suma la exposición a la violencia de todo tipo.

Precisaron que desde los gobiernos y sus familias se les sigue considerando una carga, y señalaron que son insuficientes las pensiones y apoyos que reciben. En materia de atención a este grupo, insistieron, sigue habiendo mucho ruido y pocas nueces, pese a que dentro de 25 años de cada cuatro mexicanos, uno será adulto mayor, es decir, un cuarto de la población tendrá más de 60 años.

Alertaron en entrevista que de no haber cambios en las políticas dirigidas a este sector y dada la cantidad de personas que en los próximos años y décadas se sumarán a este segmento, la situación de los adultos mayores será cada vez más precaria.

González Marín indicó que los gobiernos deben establecer políticas que favorezcan la autonomía de los adultos mayores, en vez de su disminución. No se están respetando los derechos de las personas mayores ni los criterios de igualdad y no discriminación; no se están previendo políticas adecuadas para ese universo diverso.

Apuntó que desde hace muchos sexenios los adultos mayores ocupan el lugar de siempre; en vez de dar una atención asistencialista, el gobierno federal debería brindar una atención integral y asumir a las personas mayores como sujetos.

Juan Garay, jefe de la sección de cooperación de la delegación de la Unión Europea en México, comentó que en países como Alemania, uno de los sectores con mayor atención de la política pública son los adultos mayores. Pero en México, señaló, deben sobrevivir con jubilaciones y pensiones que no son suficientes para llevar una vida plena y con programas y apoyos que son una burla.

Citó el apoyo gubernamental bimestral de poco menos de mil 200 pesos y la ayuda del Gobierno del Distrito Federal, que aunque es más generosa, tampoco cubre las necesidades. Insistió en que las pensiones federales deberían ser universales y no sólo para los adultos mayores de familias de escasos recursos, pues hay ancianos que viven en zonas consideradas lujosas, pero cuyas familias no les dan dinero y por lo tanto carecen de autonomía.