La fusión de arte, tecnología y luz atrajo a numerosos grupos de jóvenes y familias
Martes 10 de febrero de 2015, p. 5
Líneas de luz ondulantes, oscilatorias, latigueantes y coloridas mareas lumínicas, enigmáticas atmósferas, paisajes urbanos o geométricos, texturas y perspectivas abstractas, sombras de luz, animación y videoarte son parte de la primera edición del Visual Art Week (VAW), encuentro que terminó la noche del domingo y reunió el trabajo de más de 20 artistas nacionales y extranjeros que fusionan arte, tecnología y luz; las obras se presentaron en varios sitios de la ciudad de México.
La explanada del Palacio de Bellas Artes, el Hemiciclo a Juárez –en la Alameda Central– y el atrio de la iglesia de San Francisco, ubicada en la calle de Madero, fueron tres de los seis sitios donde se desarrolló el festival inscrito en el Año de la Luz y las tecnologías basadas en ésta, que incluyó la impartición de varios talleres.
De acuerdo con los organizadores, el encuentro tiene la particularidad de ser el único de su tipo destinado a espacios públicos abiertos.
Para apreciar los diversos trabajos, se planeó presentarlos en sitios cercanos unos de otros, a manera de circuito, con la finalidad de que el público caminara de un punto a otro.
La noche del domingo, en los tres sitios mencionados, la asistencia fue numerosa: grupos y parejas de jóvenes y familias con sus hijos pequeños, entre la curiosidad y el asombro, se tomaban la foto.
En el atrio de San Francisco se presentó la obra del portugués João Martinho Moura, creada ex profeso para VAW 2015, titulada Wide/Side, pieza interactiva audiovisual continua que capta los movimientos del público frente a la obra, para luego reflejarlos en una distorsión casi sicodélica.
Dieciocho audiovisuales
En la explanada de Bellas Artes se ubicó otra instalación interactiva: la pieza Control no control, de Daniel Iregui. Ahí el público podía tocar las dos enormes pantallas, sus movimientos detonaban e influían en las formas y gráficas lumínicas que aparecían sobre las mismas.
La larga, pero fluida fila para interactuar con la pieza se encontraba del lado opuesto de la cédula informativa, la que exhortaba a brincar, bailar o contorsionarse, por lo que todos se divertían tocándola.
Una de las propuestas que mantuvo en su sitio por más de hora y media al público fue la proyección de 18 audiovisuales, de igual número de artistas, a un costado del Hemiciclo a Juárez.
Sentados en el piso y de pie, los espectadores apreciaron una diversidad de trabajos realizados por artistas contemporáneos del videoarte y de la cultura digital.
El festival fue auspiciado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, la Secretaría de Cultura del Gobierno del DF y el British Council México, como parte del Año Dual México-Reino Unido.