El costo es de 225 millones de dólares y reactivará los astilleros nacionales
La industria gana experiencia, genera empleos y adquiere tecnología: almirante Sierra
Lunes 9 de febrero de 2015, p. 19
Por primera vez la Armada de México y empresas privadas participan en un proyecto de construcción naval; el propósito es fabricar 22 embarcaciones para Pemex con un costo total de 225 millones de dólares, lo que implica la creación de entre 150 y 200 empleos directos por cada embarcación.
El almirante José Antonio Sierra Rodríguez, director general de Construcciones Navales de la Secretaría de Marina explica la trascendencia de este acuerdo, que busca reactivar los astilleros nacionales, con el apoyo y asesoría de la Armada de México.
En entrevista con La Jornada, el almirante Sierra –el único funcionario de su nivel que fue ratificado en el cargo en 2012 por el secretario de Marina, Vidal Francisco Soberón Sanz– explica que para que este proyecto se pudiera cristalizar, la paraestatal asignó directamente el contrato a la Secretaría de Marina, la cual a su vez negoció y subcontrató a dos empresas privadas: Talleres Navales del Golfo y Servicios de Ingeniería, para construir las naves.
Afirma que obtener el contrato no fue fácil, porque el presupuesto se hizo a partir del costo internacional que tendrían las embarcaciones (remolcadores), y que para ser competitivos tuvieron que aceptar una utilidad muy marginal
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Sostiene que ni la Marina ni los constructores perderán dinero en este proyecto, pero los recursos obtenidos se irán prácticamente en la adquisición de maquinaria, tecnología y para la capacitación y contratación de personal en los astilleros privados, porque saben que es la única forma de reactivar éstos, lo cuales durante años dejaron de construir embarcaciones y se dedicaron exclusivamente a reparar naves. Esto se convirtió en un círculo vicioso, porque las empresas nacionales dejaron de ser competitivas y la construcción de barcos dejó de ser opción para ellas.
La trascendencia del acuerdo radica en que permitirá que la industria nacional gane experiencia, genere empleos, capacite a su personal y adquiera maquinaria para continuar a futuro la construcción de barcos.
El contrato establece que la Secretaría de Marina construirá la mayoría y el resto los astilleros privados. Serán siete remolcadores: cinco de 50 toneladas y dos de 60 toneladas de propulsión azimutal; nueve remolcadores con propulsión cicloidal: ocho de 50 toneladas y uno de 60 toneladas; además, tres barcos abastecedores y tres chalanes.
Por primera vez en México se construirán embarcaciones con propulsión cicloidal, que es un mecanismo de propulsión sin hélice, es decir, el barco puede cambiar rumbo o detenerse de forma casi inmediata, lo que permite una maniobrabilidad excepcional y será sumamente útil para los remolcadores.
El proyecto de los remolcadores lo hizo la empresa que diseñó los que se utilizan en el Canal de Panamá, compañía que al principio tuvo sus dudas sobre la capacidad de la Armada para su construcción, reconoce el almirante.
El director de Construcciones Navales comentó que recientemente la Secretaría de Economía creó un foro en el que participan diversas dependencias federales para analizar el desarrollo de la industria naviera.
Ahí se tocó el caso de una empresa pesquera que quería ordenar la construcción de un barco atunero, pero resultó que debido al cobro del impuesto al valor agregado (IVA) salía más caro aquí que en España. Finalmente, el empresario, quien habría mostrado interés por impulsar la industria nacional, decidió comprar el barco en España por un precio cercano a 21 millones de dólares, cuando aquí, sin el cobro del IVA, hubiera costado medio millón de dólares menos.
Tal parece, concluye el almirante Sierra, que Hacienda ya tomó cartas en el asunto y podría hacer un anuncio importante a efecto de reducir el IVA para la construcción de buques.
