Militantes y resistencia a la transparencia en el PAN
Secretario ejecutivo y filósofo
e preguntan con justificado asombro miembros de la multitud (sustantivo femenino, singular con que se identifica a los lectores de la columneta): ¿Pero de dónde sacó Acción Nacional a este individuo? Danos algunos otros datos que nos demuestren que de verdad existe. La información es tan pobre como su currículum y éste, el de un indigente académico, político, profesional. La página de la Asamblea Legislativa no menciona su edad, aunque no oculta su nacionalidad: es mexicano. Sus conocimientos los ubica en el rubro informáticos
(cualquier cosa que esto signifique), y aclara que los adquirió en la Universidad Latina ( ¿what?). Vean su amplia y brillante hoja de servicios: 2005/2006 Comité Nacional del PAN. 2006 al 07, subdirector delegaciones en la SEP. 2007 al 2012, subdirector del padrón de beneficiarios de Liconsa. Según su dicho, ha combinado su profesión con la docencia, aunque no se moleste en mostrar un solo documento probatorio. Pero asómbrese e indígnese o todo a la vez. Pese a las pruebas irrefutables de que es un delincuente confeso, sigue como representante popular de todos los capitalinos. El PAN, en gesto que aplaudo, lo botó, como antes lo votó. Pero él sigue cobrando sus dietas de diputado, que son bastante diferentes a las dietas que imponen los salarios mínimos. Sus prebendas, canonjías y cochupos siguen vigentes. ¿En verdad no hay autoridad responsable alguna que le dé su merecido? Quienes tengan obligación de hacerlo y no lo hagan por lenidad, incuria, trastupijes o complicidad, cometen un delito perfectamente tipificado.
Para ir saldando cuentas pendientes y aprovechando el detallito de que pronto vamos a elegir a la nueva hornada de representantes populares, me voy a permitir regresar a echarle un vistazo a los perfiles de quienes serán personajes de suma importancia en el actual proceso electoral. Comencemos por el titular de la secretaría ejecutiva, don Edmundo Jacobo Molina. De entrada quiero solicitarles compartir conmigo el asombro: don Edmundo ha dedicado años, los básicos, los de su formación, a resolver enigmas fundamentales de todo ser pensante, que nada tienen que ver con sus actuales desempeños: si se le ocurre preguntarle a los personajes que por obligación tiene que tratar a diario ¿quiénes son, de dónde vienen y adónde van?, lo acusan de disolución mental. Peor aún, si les plantea una sencilla interrogante que a los filósofos de la actualidad nos tiene preocupados: ¿cuál es el estatus ontológico de las verdades matemáticas? Atención, multitud (me sigo refiriendo a los lectores, por supuesto), el señor Jacobo Molina es, es… filósofo. Sí, filósofo ¿Qué lo hizo descender del topus uranus al mundo real que, según Platón (para mayor información búsquese: Grecia antigua, 427/350 a.C. o localícese en un simple GPS la colonia Polanco), es tan sólo reflejo del mundo de las ideas? Pues hete que, además de lo anterior, el secretario ejecutivo es académico, investigador, escribidor de libros, ensayos, análisis. Me da muy buena espina que haya sido docente en universidades estatales como la de Baja California y la de Guanajuato, de la que egresó y que, en el DF, además de maestro, llegara a ser rector del plantel Azcapotzalco y secretario general de la Universidad Autónoma Metropolitana. PERO (de este tamaño es la conjunción adversativa), ¿y, todo esto sirve, perjudica o todo lo contrario? ¡Dios dirá! (abuelas dixit). Pero lo cierto que el secretario ejecutivo tiene las luces suficientes para cumplir sus encomiendas con eficacia y probidad y, quiero pensar, que cuando las condiciones objetivas imperantes no se lo permitan, nos lo haga saber con una dignísima renuncia. He cruzado con el filósofo/ejecutivo tan sólo unas cuantas palabras, pero lo he visto actuar y estudiado de cerca. Me preocupa sobre manera su identificación y adherencia con la escuela filosófica del estoicismo (fundada por Zenón de Citio, s. IV a. C), cuyos principios e ideales: imperturbabilidad ante embates y agresiones, autodominio de las pasiones, tolerancia y fraternidad, en nada se compadecen con los que predominan en el hoyo negro en el que está inmerso. (No imagino a Florencia Nightingale participando en una jelly-o wrestling). En una o dos ocasiones me tocó presenciar cómo, impertérrito, soportó la perorata agresiva y descalificadora de un consejero ifiano (no ineano). Haciendo un verdadero esfuerzo me abstuve de intervenir porque necesitaba conocer, hasta el final, el comportamiento del filósofo y, al mismo tiempo, medir el impacto que en una audiencia, digamos calificada, causaba el proceder de un estoico de la new age, acontecimiento verdaderamente inusitado en esos lares en los que campean más los descontones, las zancadillas, los haiga sido como haiga sido y lo caido caido, que diría el siempre victorioso senador Gil Zuarth (digresión inevitable y oportunísima): yerno reciente de ese patriota, William David Knight, funcionario público en Veracruz, quien, empeñado en reivindicar a México y resarcirlo del despojo de medio territorio que nos infligió el Imperio, en dos años ha adquirido 12 propiedades nada más en un solo condado gringo, Hidalgo, Texas, allí pegadito a McAllen. Y eso que su sueldo mensual es apenas de 85 mil pesos. Ojalá y al gobierno no se le ocurra incluir en sus recortes a este denodado vengador pues, si no lo estorban (¡déjense de pedirle declaraciones patrimoniales! Si nunca las ha presentado, menos ahora con fuero familiar), antes que el sexenio termine, ya se apropió de buena parte de The Hamptons. Breviario: The Hamptons, la costa más elitista de EU. Tan sólo a dos horas de NY, es el principado de los WASP (blancos, anglosajones y protestantes). Con que el señor Knight desaparezca (¿dónde he oído este extraño vocablo?) del culto y la devoción pública a la Morenita del Tepeyac, la libra, y se avecina con Madonna y Steven Spielberg.
Pero regresemos a la senda perdida: don Edmundo Jacobo Molina. Su sapiencia, temperamento y ahora experiencia, lo obligan a un desempeño ejemplar. Entiendo que es dificilísimo lidiar con 11 jefes aureolados por la voluntad de uno de los tres poderes de la República. Aunque haya un jefe formal, los otros 10 sienten que el secretario ejecutivo es su subordinado y debe atenderlos prioritariamente. Amenazas y presiones serán pan de todos los días, pero el apego absoluto a la ley y la transparencia en todas las decisiones son el mejor antídoto contra la prepotencia y la arbitrariedad. Ningún consejero se atreverá a exigir conductas que la Ilustración, los medios independientes, la opinión pública informada y crítica, las redes sociales condenaran. Estoy convencido que en el consejo del INE predominan los ciudadanos que, sin renunciar a sus íntimas (otras no tanto) militancias y filias partidistas, reconocen que es imposible que sus colores propios ganen, si los tres que nos son comunes, pierden. Si el viejo camino que desde los orígenes hemos venido transitando se agosta, disminuye, se extravía, nos perdemos todos y, quien lo dijera, juntos. No sé de dónde me surgió este optimismo que no es lo mío. Ojalá y no me lo eche en cara frente al espejo dentro de unos meses.
La prioridad del Partido Acción Nacional en la Cámara de Diputados, afirmó Ricardo Anaya, coordinador de esa bancada partidaria, es aprobar el sistema nacional anticorrupción. Consideró, nos informan Enrique Méndez y Roberto Garduño, que es necesario combatir la corrupción mediante un entramado legal robusto, integral y autónomo que garantice investigaciones objetivas y castigos ejemplares.
(Perdón, pero ¿qué don Ricardo Anaya no era hace un ratito el presidente del PAN?). Junto a esta noticia me encuentro con otras dos. Una: nos participa Claudia Herrera que, según el informe del INE, el PAN es el partido con mayor resistencia a transparentar sus datos: número de afiliados pero, sobre todo, revelar su nómina. Ocupa el PAN el número más alto de expedientes revocados por el INE, al haber declarado inexistente, confidencial o reservada, la información requerida, por ejemplo: Acción Nacional declaró confidenciales las nóminas completas del partido y las remuneraciones de quienes prestan (o hacen como que), servicios en el mismo. La otra información se refiere a don Juan Carlos Muñoz Márquez, diputado federal panista, propietario de la empresa Transportes Castores, en la cual la PGR descubrió 48 kilos de heroína y 33 kilos de anfetaminas. Más de esto el próximo lunes, por ahora me salgo de las alcantarillas para decir: te queremos, Sergio, te queremos. La voz es apenas una de las múltiple formas que los humanos tenemos de comunicarnos, tú posees otras muchas, y en todas nos has dejado claro: tu lenguaje es el amor.
twitter: @ortiztejeda
