Este año la Bienal del Mercosur, que llega a su versión número 10, tendrá como lema Mensajes de una nueva América, serie de varias exposiciones agrupadas en cuatro núcleos donde México también estará presente.

El propósito de la bienal es retomar esos puntos ciegos de la historia del arte de América Latina, desde el momento de la colonización europea hasta la actualidad, vista desde los ojos de los artistas, explica la curadora asistente Carmen Cebreros, quien realiza un viaje de investigación para definir las propuestas que se llevarán a la ciudad brasileña de Porto Alegre entre septiembre y noviembre.

Estos puntos ciegos tienen que ver, por un lado, con ciertas temáticas que no han sido abordadas. Son abordajes que la historia y los historiadores del arte no han explotado; se trata de revisar la obra de artistas que son importantes localmente, pero que no han sido dados a conocer en el continente o de manera internacional, pero especialmente en América Latina; una idea más de estos puntos ciegos es revisar obras de artistas muy connotados, canonizados por la historia del arte, pero cuyos cuerpos de trabajo no han sido elegidos para integrarse a colecciones o desconocidos para el espectador.

La idea de esta bienal, que se inició en 1997 en Rio Grande do Sul, es recuperar la vocación de su planteamiento inicial, que fue ser una plataforma para artistas de América Latina. La bienal poco a poco fue siguiendo la tendencia de las grandes actos artísticos, de tratar de volverse más global, más internacional, pero en esta edición hay un gesto importante de recuperación de esta vocación, se acota de nuevo al arte de América Latina, al hacer una importante revisión de ciertas obras históricas y sus ecos en el presente.

La lista oficial de los artistas mexicanos que participarán en la bienal se dará a conocer en junio próximo. Todavía no tenemos esa selección oficialmente hecha y preferimos no anunciar, sin embargo, hay que precisar que esta bienal no está pensada por una participación de cierta cantidad de artistas, sino por obras. La bienal no es como la de Venecia, donde hay pabellones de cada país; ésta será un ejercicio de diálogo también entre las obras producidas en distintas latitudes de América Latina y se realizará en varias sedes, entre las confirmadas se encuentran el Museo de Arte, de Rio Grande do Sul; el Museo de Derechos Humanos y el Santander Cultural.

Lo núcleos temáticos son Jornada de adversidad, formada por las exposiciones La casa de las bienales, Biografía de vida urbana y Modernismo en paralaje. El segundo núcleo se llama Insurgencia de los sentidos, integrado por las muestras El aroma en el arte, Aparatos del cuerpo y Antropofagia neobarroca.

El núcleo tres es Desborramiento de los Trópicos, integrado por El polvo y el mundo de los objetos, y Marginalidad de la forma. El último núcleo temático se relaciona con lo que genera la bienal: publicaciones y una escuela de curaduría experimental para jóvenes curadores latinoamericanos.