Las células de sicarios que operan en Tamaulipas se rebelaron contra los líderes del Cártel del Golfo, señalaron funcionarios del gabinete de seguridad nacional. La violencia que se ha generado en municipios como Valle Hermoso, Reynosa y Matamoros tiene sus raíces en la muerte de un líder local y en la decisión de grupos de sicarios que no quieren repartir sus ganancias con los jefes de la organización que operan desde Matamoros, señalaron las fuentes consultadas.

De acuerdo con los funcionarios entrevistados la disputa es también por dominar Matamoros, que ocupa el segundo lugar en el ramo de manufactura en la región; Ciudad Madero, dotada de infraestructura petrolera (refinación); Ciudad Mante, productora de azúcar; Soto la Marina, Miguel Alemán, Gustavo Díaz Ordaz, Jiménez, Abasolo y Valle Hermoso.

La disputa está relacionada con varios factores, el principal, según los entrevistados, es porque en cada ciudad y pueblo de Tamaulipas hay un jefe de células delictivas y cada uno lucha por su autonomía e independencia. No quieren reportar ganancias.

Asimismo, reportes gubernamentales señalan que en Tamaulipas las organizaciones criminales preponderantes sufren problemas internos: una lucha por el poder de la organización y el control territorial.

Una de las versiones que han recogido los órganos de inteligencia del gobierno federal refiere que “en el caso de Matamoros, la disputa en la región se ha dado entre los actuales líderes del Cártel del Golfo que están encabezados por el grupo conocido como Los Metros, contra Los Ciclones; este último, cuenta con el apoyo de quienes operan en Nuevo Laredo, Tamaulipas y Monterrey, Nuevo León”.

Los funcionarios consultados señalaron que lo que está ocurriendo es similar al cisma que vivió el Cártel del Golfo en 2014 en el puerto de Tampico, donde los narcotraficantes de la zona rechazaban que Matamoros les impusiera al jefe de la plaza, pero ello ocurrió después de las detenciones de varios líderes regionales que realizaron efectivos de la Secretaría de Marina.