Martes 3 de febrero de 2015, p. 24
Nueva York. El recorte al presupuesto anunciado la semana pasada por el gobierno de México, equivalente a 0.7 del producto interno bruto (PIB), muestra que la prudencia fiscal es prioridad para ese país, planteó la banca de inversión Merrill Lynch. El banco consideró que el recorte al gasto, provocado por la caída en los precios del petróleo registrados en los últimos siete meses, manda una potente señal de responsabilidad fiscal, reforzada por un déficit fiscal menor al esperado en 2014
. Señaló que los recortes al presupuesto de Pemex y de la CFE eran esperados en México, pero el anunciado al gasto público resultó más sorpresivo, pues se tienen las coberturas petroleras, añadió.