Gotemburgo, Suecia.

Las películas llegan al lado emocional de la gente. Los libros, al intelectual, dice a La Jornada el realizador danés Bille August, quien es de los pocos directores que ha ganado dos veces la Palma de Oro del festival de Cannes.

Lo hizo con Pelle el conquistador, en 1987 (que también se llevó el Oscar como mejor cinta extranjera), y con Las mejores intenciones, en 1992, que da cuenta de algunos aspectos de la vida de Ingmar Bergman, de quien se dice dio el visto bueno para que el danés dirigiera el filme.

También se le recuerda en México por Jerusalén, que se exhibió en el país a finales de los años 90. Esta cinta, como la primera, está basada en una novela.

August es uno de los invitados de honor en el Festival de Cine de Gotemburgo –que llega a su culminación–, donde se exhibió su reciente filme, Silent Heart, que aborda el controvertido tema de la muerte asistida.

Libros que se transforman

En la charla comenta que es un gran lector y que sabe cuándo una obra literaria puede ser película sólo por instinto.

“De muchos libros que he leído –agrega– me han surgido ideas de adaptación al cine. Pero no siempre tienen el poderoso efecto de ir a la pantalla grande”, aclara.

Para él, la única película hecha a partir de un libro que supera a éste es El Padrino, de Francis Ford Coppola.

No obstante, como director, aunque la historia esté basada en una obra literaria o sea una guión original, no me ha importado mucho porque siempre ha surgido a través de la necesidad de contar algo; de darle algo al público.

¿Cómo se transforman las ideas literarias en imágenes?, se le pregunta.

Responde: “Cada ocasión que he decido hacer adaptaciones ha sido de grandes retos. Tienes que respetar los textos, porque si no lo haces al final puedes fallar. Son muchos los ejemplos de cintas provenientes de libros que no debieron convertirse en filmes. La adaptación es un proceso largo. Desde tu primer draft (del guión) te puedes dar cuenta de si la historia es cinematográfica o no”.

August es un autor prolífico. Se inició haciendo películas para la televisión danesa y ahora presenta un tema candente en Europa, la eutanasia. En Silent Heart, una familia matriarcal está en el remolino de la aprehensión por un ser querido que desea irse de la vida dignamente.

“La mayoría de la gente de toda sociedad quiere vivir el mayor tiempo posible. Hay personas que creen que eso no es lo mejor, porque sienten que pueden tener un muerte digna.

Hemos discutido mucho este tema en Europa. Por ejemplo, antes de hacer este filme vi a mucha gente que quería eso. Es una gran paradoja; para algunos sería un placer decidir cuándo y cómo morir. La sociedad está muy dividida en cuanto la legalización de la eutanasia, afirma.

En su opinión, “ambas cosas están bien. Por un lado, está la dignidad, pero por otro puede ser algo peligroso. Una persona cercana me dijo: ‘Ayúdame a morir’. Tenía cáncer y en el hospital no podían hacer nada por ella. Los últimos meses de su vida ni siquiera podía ir sola al baño... imagina”.

August revela que los temas de sus películas son siempre sobre las relaciones entre personas.

Todos los conflictos humanos son de mi interés. Aunque se escuché como cliché, me gusta exponer su parte interna... Las cintas, así sean políticas, sociales o de lo que gustes, tienen que hablar desde el corazón; eso es lo que emociona al público, creo yo.

Una actriz destacada

En su elenco está una de las actrices más destacadas de Dinamarca, Paprika Steen, quien por cierto también es realizadora y directora de teatro. Fue elegida por August porque es talentosa y fuerte. No hay nadie como ella. Cuando escribo, ya estoy pensando qué actriz o actor podría hacer el papel, y ella es una.

Presente en la charla, Steen opina que la eutanasia es una cuestión muy difícil de abordar. Si me preguntas si estoy de acuerdo, no sabría qué decir. Vives muchas veces y mueres otras tantas, incluso cuando tienes un orgasmo. Esta cinta para sirve para una buena construcción del tema.

Para ella no hay aprendizajes que se vaya acumulando en mi portafolios; sólo las experiencias de la vida real... Por eso, dirigir, para mí, ha sido una extensión de mi trabajo como actriz.