Las diferencias entre los senadores del PRD serán discutidas en privado la próxima semana.

Según la versión de integrantes del grupo, el plan alternativo para quienes exigen la salida de cuatro de sus compañeros, será el compromiso de todos de no contaminar el trabajo legislativo con críticas y conflictos partidistas.

El jueves, en el primer día de la reunión de los senadores del PRD, hubo una tregua en el tema durante el homenaje a Manuel Camacho Solís, ausente de su trabajo legislativo desde hace varios meses por motivos de salud.

Tras ello, volvieron al punto Angélica de la Peña, Alejandra Barrales, Luis Sánchez e Isidro Pedraza, quienes piden la salida de Alejandro Encinas, Mario Delgado, Adán Augusto López y Rabindranath Salazar, los tres últimos ya afiliados a otro partido. Los promotores de la expulsión se retiraron de inmediato de los trabajos de la reunión plenaria.

Ayer, en la conclusión del cónclave, sólo participó en las reuniones y mesas temáticas una decena de los 22 legisladores que integran la fracción parlamentaria del PRD. Los inconformes no acudieron; sin embargo, el líder del grupo, Miguel Barbosa, aseveró que los presentes eran los comisionados para relatar las conclusiones de la agenda legislativa, aunque confirmó que el tema habrá de tratarse con seriedad.

En conferencia de prensa, al término de los trabajos preparatorios para el siguiente periodo ordinario de sesiones en el Congreso, Barbosa dijo que en el grupo de senadores perredistas no se ofende para luego abrazarse.

Nosotros nunca nos ofendemos; tenemos posiciones distintas pero no ha habido ninguna ofensa ni se ha agredido el buen nombre, el prestigio de otro. (El tema se discutirá) ya sea con cafecito de por medio, con galleta o chocolatito aunque me hagan daño, comentó en referencia a la forma en que los panistas dijeron que solucionarían sus conflictos internos.