“Del hospital sólo nos divide el llano. Cuando se escuchó el estruendo se abrió la puerta de mi cuarto. Ahora si que nos agarró dormidos. Pensamos que había sido el boiler de la casa, pero no, fue una tragedia para todo el pueblo, difícil de olvidar, sobre todo por los bebitos. Aquí hemos ayudado con lo que hemos podido, mi mamá hizo comida y se la llevó a los que están trabajando, mi tío rescató gente. Y les facilitamos el baño.

Todos trabajan de manera coordinada con obras públicas y el equipo pesado, porque se presume que ya no hay víctimas, pero nosotros, la Brigada de Rescate Topos Azteca, seguimos aquí. Ahorita vimos que metieron perros, si encuentran algo pueden llamar a su personal o a nosotros. Cuando entramos había mucha gente trabajando, pero vimos que la parte de atrás del hospital no era atendida, era el área de quirófanos, ahí nos concentramos, no había personas, pero rescatamos equipo médico. Estuvimos toda la noche despiertos. Instalamos un campamento e hicimos un fogata. En la madrugada esto es un refrigerador. Aquí ya estamos con grupos de Michoacán, Veracruz y una persona de Perú.

Mariana Martínez

Héctor Méndez

Marcela Escobar Arteaga

Mi nieto estaba hospitalizado porque se le fue la leche al pulmón y se le había colapsado. Mi hija venía a pedir informes para ver a dónde lo iban a trasladar para tratarlo. ¿Y cuál fue la sorpresa? Que se encontró con que había explotado el hospital. Me dicen que ya está estable y va en camino. Sólo espero que todo salga bien y regrese pronto. Rosa María García Sánchez, abuela del bebé que fue trasladado a un hospital de Estados Unidos por quemaduras en 80 por ciento de su cuerpo.

Llegamos de Maromas, está antes de llegar a la Pila. Decidimos traer de comer: arroz, salsa, huevo y mi hija trajo nopales. No nos dejaron pasar, pero le entregamos todos los víveres a las personas que están enfrente. Estamos muy conmovidos, a todos nos da dolor ver a esas madres con sus bebitos.