Renacimientode La Tallera; el espacio de Siqueiros desafía la idea del cubo blanco
Jueves 29 de enero de 2015, p. 4
Desde hace tres años La Tallera, espacio donde David Alfaro Siqueiros trabajó intensamente en muchas de sus mejores obras monumentales, vive una suerte de renacimiento
, considera Taiyana Pimentel, directora de Proyecto Siquieros, instancia que coordina los recintos que el artista legó al pueblo de México, ahora bajo la administración del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Ubicado en Cuernavaca, el inmueble que el propio Siqueiros nombró tallera
, en femenino, en referencia a un espacio que cual vientre materno da a luz arte, no es un centro de exhibiciones clásico
, añade la funcionaria.
El lugar cuenta con un sistema de poleas, canaletas en el piso y bodegas subterráneas para facilitar la producción de obra, todo a propuesta del muralista.
“Cuando lo remodelamos, la idea del INBA fue precisamente contar con un espacio que desafíe la idea del cubo blanco. Es decir, el instituto tiene una amplia red de museos de todo tipo, pero el taller de Siquieros es el lugar ideal para estar a la vanguardia, pues él tenía una idea productivista del arte.
“Esa es la idea de La Tallera: atraer a artistas interesados no sólo en dialogar con Siqueiros, sino en generar producciones artisticas desde aquí y para un espacio que no es el tradicional cubo blanco. En ese sentido, la muestra Me suena a aislamiento de Mario García Torres es capital porque el artista inició investigando la relación de Conlon Nancarrow y John Cage, pero en algún momento, lo que aporta La Tallera es esa complicidad que tienen la figura del compositor como militante de izquierda con todos los personajes de la historia del arte en México, entre ellos muchísimos extranjeros que llegaron a este país a generar ideas, laboratorios de pensamientos, pero también de creación artística.
Esa es la idea que sustenta este museo: que no sea un recinto tradicional, sino un lugar donde los artistas llegan y generan un discurso en función del espacio
, concluyó Pimentel.