En los primeros meses de 2015 se concretará el retorno a México del secretario general del sindicato nacional de mineros, Napoleón Gómez Urrutia.

El dirigente sostuvo que no tiene temor de que se presente ninguna nueva demanda: sería un invento, estamos preparados jurídicamente, si es que llegaran a la perversidad de una nueva acusación.

Expuso que para definir la fecha de regreso al país se revisa si no hay alacranes debajo de las piedras o cosas escondidas de parte de quienes han atacado al sindicato.

En teleconferencia desde Vancouver, Canadá, el dirigente adelantó que llegará a reconstruir programas y planes que se afectaron por su partida al extranjero; por ejemplo los de vivienda para los mineros, de educación y sociales, así como de seguros de vida para los trabajadores, de mejoramiento de las condiciones de higiene y seguridad de las minas.

También retomará los trabajos de la organización política que impulsa este sindicato, que es Cambio Democrático Nacional (Cadena), la cual tiene registro vigente.

Gómez Urrutia indicó que 2015 es el año del rencuentro físico con México, además de que el sindicato espera agregar afiliados, ya que se tienen en análisis las peticiones de 10 organizaciones de trabajadores que se quieren sumar a esta organización.

Dijo que el gremio que dirige no está conforme con la sanción blanda que se impuso a Grupo México por el mayor derrame en la historia del país de tóxicos que vertió en Sonora, por lo que el gremio interpuso una demanda en contra de esta empresa por las afectaciones a las comunidades y ciudadanos que cometió.

De su relación con el gobierno federal, aseguró que ha mejorado muchísimo con la actual administración, y que ha habido acercamientos con funcionarios de las secretarías del Trabajo y Gobernación, a quienes esta organización ha pedido que obliguen a las autoridades a respetar el marco jurídico y el sistema de justicia del país.

–¿Llegará amparado a México?

–No necesito ningún amparo para regresar. Podría estar allá ahora, en cualquier momento; no se requiere ningún recurso legal de este tipo, ninguno de los abogados del equipo de defensa lo ha sugerido. No tengo que ampararme porque está suficientemente demostrada ante distintos tribunales mi inocencia.

Napoleón Gómez Urrutia externó su descontento por la sanción blanda impuesta a Grupo México por sus daños ecológicos en SonoraFoto La Jornada

En este momento no hay ningún problema legal para el regreso; desde el 28 de agosto de 2014 la Suprema Corte de Justicia de la Nación dio la resolución final. Se demostró que todas las acusaciones que se levantaron fueron falsas, perversas, de empresarios y políticos que decidieron atacar al sindicato, pero se acabaron los problemas jurídicos. Por ello, muy pronto anunciaremos mi regreso y retorno a la normalidad de la organización.

Sostuvo que en su llegada a México estará acompañado de un grupo importante de líderes sindicales internacionales, para que los enemigos se den cuenta de que no estamos solos y la persecución, que ya terminó legalmente, también termine políticamente.

El dirigente aseguró que pugnará por la solución de las huelgas de Taxco, Guerrero, y de Sombrerete, Zacatecas, y continuará con la lucha por el rescate de cuerpos de los mineros muertos en Pasta de Conchos y el irresponsable y tremendo abandono de las familias de estos trabajadores. Lucharemos para que se les compense dignamente y se reabra la investigación, dijo.

También apuntó que el sindicato retomará acciones de apoyo a la conservación del medio ambiente en la minería, por lo que comisiones mixtas de trabajadores realizarán recorridos en estos centros de trabajo.

Del nuevo sindicato minero que se anunció en días pasados, explicó que se trata de un proyecto personal del empresario Alonso Ancira Elizondo, del Grupo Acerero del Norte, quien ha buscado corromper, presionar e intimidar a los trabajadores para que renuncien al sindicato nacional de mineros. Según aseguró, dicho empresario lo amenazó de muerte hace dos meses y se presentó por ello una denuncia. Llamó a las autoridades a no caer en la debilidad de otorgar un registro a una organización que opera debajo del agua, por órdenes de Ancira Elizondo, quien se ha estado comportando como un cacique y es vergüenza de la clase empresarial.