os resultados sugieren que el calor excesivo destruyó el ácido desoxirribonucleico tanto nuclear como mitocondrial en los restos, en un grado tal que los métodos convencionales aplicados hasta ahora no pueden ser usados para un análisis exitoso, afirma en un comunicado el Instituto de Medicina Legal de la Universidad Médica de Innsbruck, institución encargada de analizar las muestras que le hizo llegar la Procuraduría General de la República (PGR) como parte de las investigaciones para averiguar el paradero de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa desaparecidos el pasado septiembre.

Como se recordará, en un informe anterior la universidad austriaca había anunciado que de las 17 muestras que le habían sido enviadas sólo una había arrojado datos positivos cuando se examinó el ADN nuclear por las técnicas convencionales. La muestra, al compararse la secuencia con las de los familiares de los estudiantes secuestrados en Iguala, correspondía en un alto porcentaje con la de uno de ellos: Alexander Mora Venancio. Este resultado fue validado tanto por la PGR como por el grupo de expertos forenses argentinos que ha participado en este caso. Sin embargo, no ocurrió lo mismo con las 16 muestras restantes.

El ADN, además de localizarse en el núcleo de las células, también está presente en las mitocondrias, órganos celulares que se localizan en el citoplasma, cuya función es proveer de energía a las células. Durante la fertilización (la unión del óvulo y el espermatozoide) las mitocondrias presentes en la célula masculina se destruyen y sólo se conservan las que originalmente se localizan en el óvulo, por lo que el ADN mitocondrial siempre sigue una línea materna. No obstante, en los análisis de las 16 muestras esta molécula también estaba destruida.

Pese a lo anterior, los expertos de Innsbruck informan que hay una ligera posibilidad de obtener resultados positivos empleando una nueva tecnología llamada secuenciación masiva en paralelo (MPS, por sus siglas en inglés). ¿En qué consiste?

A pesar de los grandes logros alcanzados por las técnicas convencionales en los que se ha sustentado la era de la genómica, en los años recientes han surgido nuevas tecnologías que las están desplazando. Se trata de la llamada secuenciación de próxima generación (next generation secuencing, o NGS). Son técnicas que permiten una secuenciación más eficiente y de menor costo a partir de fragmentos o secuencias de ácido desoxirribonucleico (ADN) de tamaño pequeño. Mediante el empleo de potentes herramientas informáticas es posible ahora realizar el ensamblaje de la molécula de ADN a partir de secuencias cortas. Gracias a la aplicación de estas tecnologías, el análisis estructural de genomas grandes y complejos se ha convertido en algo factible.

Trabajos recientes muestran que la secuenciación de próxima generación ya se emplea regularmente en distintos campos, como la identificación de genomas antiguos, los estudios forenses, la identificación de virus, los estudios genéticos de víctimas de la pandemia de influenza de 1918, hasta el desciframiento del genoma de especies extintas, para citar algunos ejemplos actuales. Es una técnica capaz de realizar la secuenciación al azar de todo el contenido de ácido nucleico de una muestra, sin los sesgos y errores de las tecnologías de secuenciación convencionales.

Existen varios sistemas de nueva generación; cada uno tiene sus particularidades, pero en general se basan en la secuenciación masiva en paralelo de millones de fragmentos utilizando un método basado en un terminador reversible que detecta bases individuales (adenina A, guanina G, timina T o citosina C) a medida que se incorporan en las cadenas de ADN en crecimiento. Un terminador marcado con fluorescencia crea una imagen que se agrega a cada segmento y luego se rompe para permitir la incorporación de la siguiente base y así de manera sucesiva.

De lo anterior puede decirse que el trabajo de los científicos de Innsbruck se ha convertido en realidad en un proyecto de investigación muy interesante, pues los resultados obtenidos hasta ahora, ya son reveladores de las características del método de cremación del que provienen las muestras.