Londres.

El estadunidense Lance Armstrong admitió que probablemente volvería a doparse si se encontrara en la misma situación que vivía el ciclismo hace dos décadas.

Si estuviera corriendo en 2015, no lo haría de nuevo, porque no creo que tuviera que hacerlo. Si me llevas de vuelta a 1995, cuando estaba totalmente generalizado, probablemente lo repetiría, dijo el ex pedalista en una entrevista emitida el lunes por la BBC británica.

Es una respuesta que necesita explicación, añadió. Cuando tomé esa decisión, cuando mis compañeros tomaron esa decisión, cuando todo el pelotón tomó esa decisión... Lo entendemos, fue una mala decisión, en un momento inadecuado, pero pasó.

El texano ganó siete ediciones del Tour de Francia entre 1999 y 2005, pero la Unión Ciclista Internacional (UCI) se los quitó en 2013 tras la publicación de un demoledor informe de la Agencia Estadunidense Antidopaje en el que se le acusaba de usar productos ilegales sistemáticamente.

El corredor, quien nunca dio positivo en un control, confesó después que lo hizo durante toda su carrera.

Lo que cambiaría es al hombre que hizo esas cosas. Quizá no las decisiones que tomó, sino la manera en la que actuó, la manera en la que trató a otras personas, la forma en la que simplemente no podía de dejar de luchar. Está bien luchar en los entrenamientos, en las carreras, pero no en las conferencias de prensa, no cada vez que interactuaba con alguien, en todo momento, señaló el estadunidense, de 43 años.

Armstrong también aseguró que merece una reducción del castigo, después de haber colaborado un par de veces con la Comisión Independiente para la Reforma del Ciclismo (CIRC, por sus siglas en inglés), un órgano creado por la UCI para limpiar el deporte.

El texano cree que sus actos, aunque erróneos, tuvieron como consecuencia el crecimiento del ciclismo y de su industria, así como de su fundación, que de apenas lograr dinero pasó a recaudar 5 millones de dólares que sirvieron a 3 millones de personas.

Pese a que Armstrong perdió los siete títulos logrados en el Tour, la corona no fue traspasada a ningún otro ciclista, debido a la prevalencia del dopaje en aquellos momentos.