Dado el entorno social y político complicado en Guerrero, la dirigencia nacional del PRI pospuso ayer nueve días la decisión de quién será su candidato a la gubernatura del estado, con dos propósitos: evitar que el registro –previsto para el domingo- coincidiera con el cuarto mes de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, y porque la cúpula del partido pretende impulsar el registro de un candidato externo, más allá de los cuatro aspirantes reconocidos por la dirigencia.

La tarde de ayer, el presidente nacional del tricolor, César Camacho Quiroz, canceló el encuentro al que había convocado para comunicar el nombramiento y anunció que se dará a conocer el próximo 4 de febrero, con lo cual enredó aún más el proceso interno.

El mismo Camacho Quiroz había citado a una reunión para ayer en la sede nacional del partido, para cumplir con su compromiso del martes 20, cuando los aspirantes aceptaron que el Comité Ejecutivo Nacional definiera al candidato.

Hemos dado un voto de confianza a nuestro Comité Ejecutivo Nacional para que construya una candidatura de unidad. Existe voluntad política para que quien salga de esta candidatura sea la suma de todos, señaló esa noche el diputado federal con licencia y aspirante a la candidatura Manuel Añorve Baños, después de una primera entrevistas con Camacho Quiroz.

Los otros interesados en la candidatura son el diputado local Héctor Astudillo; el alcalde de Chilpancingo, Mario Moreno, y el dirigente estatal del tricolor, Cuauhtémoc Salgado.