En los próximos 15 años, el gobierno federal pretende reducir a la mitad la tasa de fecundidad de las adolescentes entre 15 y 19 años, y que no haya más embarazos en niñas menores de 14 años.

En 2013, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 467 mil menores de 20 años dieron a luz, y más preocupante aún, cerca de 11 mil de ellas tenían entre 10 y 14 años. Esto es, casi uno de cada cinco nacimientos se dio en mujeres en esos rangos de edad.

Literalmente son niñas criando niños, cuando deberían estar mejor estudiando, divirtiéndose, disfrutando su infancia, expresó el presidente Enrique Peña Nieto al poner en marcha la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes.

Manifestó preocupación por el crecimiento de este fenómeno, pues –abundó– mientras hasta 1997 se había mantenido una disminución en el mismo hasta ubicarse a un mínimo de 16.3 por ciento, nuevamente empezó a incrementarse hasta alcanzar una tasa de 19.4 por ciento en 2012.

Ahí mismo, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, reconoció que durante años no se atendió ni se entendió el fenómeno del embarazo adolescente y por ello no se le brindó la atención gubernamental debida, la cual consiste en muchos casos en una historia de vida que no alcanzará todo su potencial y representará sueños detenidos y futuros inciertos.

Y señaló también que los jóvenes no dejarán de ejercer sus derechos, ya que cerrar los ojos ante la realidad sólo profundiza su problema. Se trata de que en México no haya un solo embarazo producto del desconocimiento o, peor aún, del abuso, sino que sean siempre el resultado de una decisión informada y del ejercicio responsable de nuestras libertades.

Peña Nieto expuso los ocho ejes rectores de la estrategia nacional: trabajo conjunto y de cooperación entre los sectores público, privado y social; ofrecer información, educación y servicios de salud de calidad que permitan a los jóvenes tomar decisiones responsables; dar perspectiva de género hacia una sexualidad responsable y erradicar la cultura machista que agrava esta problemática.

También dar cursos y estrategia de vida que permitan a los menores definir sus metas a largo plazo; señalar líneas de acción específicas para generar sinergias entre autoridades, padres de familia y adolescentes; alentar la participación juvenil tanto para tomar sus propias decisiones como para también incidir en perfeccionar esta estrategia; monitorear las acciones y medir sus resultados y, finalmente, evaluar y rendir cuentas sobre esta política.

Peña Nieto mencionó que la estrategia anunciada este día incluye 90 líneas de acción específicas enfocadas a reforzar la educación, la salud, la prevención de la violencia y a plantear oportunidades para que los jóvenes tengan un mejor futuro.

Los embarazos no planificados ponen en riesgo la salud de la madre y de su bebé, y en la gran mayoría de los casos alteran su proyecto de vida, ya que reducen sus oportunidades de educación, trabajo, ingresos y superación personal, dijo el mandatario.

Resaltó el enfoque de género en este programa, pues evitar este tipo de embarazos no puede ser sólo responsabilidad de las mujeres. Tenemos que avanzar y erradicar la cultura machista que agrava esta problemática social.

Los menores, insistió Peña Nieto, tiene aún varios años por delante para convertirse en madres y padres. Debemos alentarlos a prepararse, a estudiar y trabajar para ser independientes y estar en posibilidad, entonces, de formar su propia familia con responsabilidad... Caminemos a su lado en esta etapa de su vida, que no es sencilla, y sí determinante para su futuro.

A la ceremonia asistieron responsables de la política poblacional del país y de la atención a la juventud, investigadores e integrantes de organismos civiles e internacionales, y los titulares del sector salud: Mercedes Juan, de la Ssa; José Antonio González, del IMSS, y Sebastián Lerdo de Tejada, del Issste, así como los rectores de la UNAM, José Narro Robles, y de la UAM, Salvador Vega y León.