Mazatlán, Sin.

Por su novela El metal y la escoria, Gonzalo Celorio fue designado este viernes ganador del Premio Mazatlán de Literatura 2015.

Dotado con cien mil pesos y una placa de cristal, el galardón le será entregado el 6 de febrero en el Teatro Ángela Peralta, en el Carnaval Internacional que se realiza en ese puerto, donde se ofrecerá también un concierto a cargo de la soprano María Katzarava, acompañada por la Orquesta Sinfónica de Sinaloa, con la dirección de Enrique Patrón de Rueda.

Un día antes se realizará la presentación de esa novela publicada por Tusquets. El metal y la escoria comenzó a escribirse en 1973 (año del que datan los primeros borradores) y está ligado a su biografía.

En un enlace telefónico realizado durante el anuncio del premio en el Instituto de Cultura de Mazatlán, el narrador y ensayista señaló que la biografía es un género que ha dado obras cruciales para la literatura nacional en los años recientes.

“Sí, me parece que el escritor ahora tiene la necesidad de expresarse, de conocerse a sí mismo, de contar su propia historia. La autobiografía ahora no está reñida con la expresión literaria y con el sentido de ficción literaria, los españoles le han dado el término a esto de ‘semificción’; a mí no me gusta mucho, pero lo que sí creo es que, aunque se trate de carácter autobiográfico o biográfico, tienen mucho que ver con la necesidad de expresar el propio yo, y ese yo siempre está definido, como lo diría Unamuno, en su propia circunstancia”, cita el comunicado del Instituto de Cultura de Mazatlán.

Conmoviso y estimulado

Respecto del galardón, Celorio, integrante de la Academia Mexicana de la Lengua, señaló que se trata de una sorpresa agradable; me siento muy conmovido y estimulado de recibir este premio que tiene por otra parte el mérito de sumar un elenco verdaderamente extraordinario de escritores tan importantes como José Gorostiza, Jaime Torres Bodet, Fernando Benítez, Octavio Paz, Vicente Leñero, etcétera.

Añadió que la novela es el género que permite narrar una historia como la de El metal y la escoria: “Quisiera señalar, porque me parece muy importante, que no porque sean textos autobiográficos, dejan de ser novelas. Yo creo también, como Carlos Fuentes, que la novela es el género más dúctil, es un género sucio, que nació impuro (…) un género contaminado.

“La novela admite la crónica de viajes, la autobiografía, la saga familiar, la reflexión ensayística, el discurso histórico. Cuando en el siglo XVIII se trató de someter a la novela a una preceptiva más clásica y rigurosa, ésta perdió su sentido de impureza y se volvió un género ‘anoréxico’; le faltaron los nutrientes que son precisamente esos elementos contaminados.”