Fue saqueada, informan arqueólogos
Martes 20 de enero de 2015, p. 8
Atenas, 19 de enero.
Los huesos humanos encontrados en una fastuosa tumba antigua, hallada en el norte de Grecia pertenecieron al menos a cinco personas entre ellas una mujer mayor y un bebé, informaron las autoridades griegas el lunes.
La excavación de tres meses en la antigua Anfípolis, 600 kilómetros al norte de Atenas, puso al descubierto tres cámaras abovedadas detrás de una fachada decorada con dos grandes esfinges de mármol.
Dentro, los arqueólogos encontraron un par de estatuas de mujeres jóvenes –de tamaño mayor al real– y un piso de mosaico que representaba el rapto de la diosa Perséfone por Hades, rey del inframundo.
El Ministerio de Cultura no tiene claro todavía cuándo murieron las cinco personas, cuándo fueron enterradas o si la tumba fue construida para todas.
La tumba –completamente saqueada– se ha fechado entre los años 325 dC –dos años antes de la muerte del antiguo rey guerrero griego Alejandro el Grande– y 300 dC, aunque algunos arqueólogos creen que podría ser mucho más tardía.
Los expertos han conjeturado que la tumba pudo haber sido construida para un general o un pariente de Alejandro, quien fue sepultado en Egipto.
El Ministerio de Cultura precisó que los huesos pertenecieron a una mujer de 60 años que sufría de osteoporosis y problemas hormonales, un recién nacido de sexo indeterminado, dos hombres de 35 a 45 años –el más joven murió de heridas de arma blanca– y un cuarto adulto cuyo cadáver, a diferencia de los otros, fue incinerado.
Se espera que haya más pruebas para datar los restos y determinar si los muertos estaban relacionados entre sí.
La excavadora Katerina Peristeri, quien respalda la teoría de que un general de Alejandro fue enterrado allí, insistió inicialmente en que la tumba no había sido saqueada; luego cambió de opinión y dijo que la cámara funeraria sí se encontró en esa condición.
Alejandro el Grande, quien construyó un imperio desde lo que hoy es Grecia hasta India, murió en Babilonia y fue sepultado en Alejandría, fundada por él. La ubicación exacta de su tumba es uno de los mayores misterios de la arqueología.
Sus generales pelearon durante años para defender el imperio, en guerras en las que la madre de Alejandro, su viuda, un hijo y un medio hermano fueron asesinados, la mayoría cerca de Anfípolis.